Escuela, segunda casa; casa, primera escuela

La Jornada Maya
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán

Lunes 3 de abril, 2017

La Secretaría de Educación del estado, la SEGEY, ya decidió entrarle al tema de la seguridad. Ya era tiempo. La seguridad pública y la paz social de una comunidad no pueden ser -en el largo plazo- un tema logístico, jurídico o de fuerza y fusiles. La seguridad pública es una construcción social, es un tema cultural, es un tema de cultura cívica. Es absolutamente imposible que Yucatán se mantenga seguro sólo con la defensa policial, no hay patrulla, pistola o radio que aguanten eso.
Víctor Caballero se puso poético y nos dijo que si la escuela es la segunda casa, entonces la casa debe ser la primera escuela. Una casa en la que se tienen que enseñar valores y principios que hagan posible la convivencia y el combate efectivo al crimen.

Sí, claro que sí, la seguridad tiene que ser una de las materias esenciales del modelo educativo amplio en Yucatán. Sin educación para la seguridad, sin educación que preserve y fomente el tejido social, es solo cuestión de tiempo que Yucatán deje de ser esa isla excepcional en el país. El [i]Escudo Escolar[/i] tiene que dar el ancho, y ese ancho es muy exigente.

[i]Escudo Escolar[/i] no dará resultados espectaculares, tomará tiempo, deberá ser transexenal, pero hay que empezar. El esfuerzo es gigantesco, hay casi el doble de escuelas de educación básica en el estado, que cámaras de vigilancia. Hay mil 800 cámaras y 3 mil 700 escuelas de la SEGEY, los números no mienten. Es un proyecto gigante, que debe involucrar a los padres de familia para funcionar. Es un gran experimento. No puede fallar.

No se puede convertir en un programa sin contenidos o de oropel, tiene que ser real. Se está jugando el futuro. No puede ser programa de actos y listones, tiene que ser vivo, dinámico, permanente, medible. Tiene que sentirse. Víctor Caballero debe estar apostando mucho; si [i]Escudo Escolar[/i] funciona y transmite confianza, él estará aportando a dos de las tres columnas esenciales sobre las que Rolando Zapata piensa construir el Yucatán del futuro: seguridad, educación y empleo. El responsable de la Segey ya tendría presencia decisiva en educación y seguridad, y eso no es paquete menor. Es mucho el trabajo y se pueden desatar envidias. Tendrá que probarse.

Si hay algo complicado es la prevención; es ingrata, requiere mucho trabajo con la comunidad, mucho diálogo, mucha presencia, mucha humildad y cercanía con la gente. Muchos han acusado a Víctor Caballero de ser lejano y no tener carisma, Escudo Escolar lo tendrá que curtir, porque sin cercanía y carisma no se ve cómo el nuevo programa pueda ir más allá de los anuncios. El [i]Escudo Escolar[/i] puede ser también curso propedéutico para otras cosas, y eso no es cosa menor.

Yucatán se está convirtiendo en un punto de encuentro nacional e internacional, en una gran fundición de tradiciones, culturas y modos de vida. Hay gente de todos lados y van a seguir llegando. En las escuelas de educación básica debe construirse entonces, la nueva identidad yucateca, la del Siglo XXI. Habrá que ver si el [i]Escudo Escolar[/i] tiene también esos aspectos y contenidos, sólo así valdrá la pena.

Urge saber también si hará más segura sólo a la escuela o si cada escuela será una fuente que irradiará a las casa, cuadras, manzanas y vecindarios que la rodean. Sólo será para escuelas o será desde las escuelas. Debe ser lo segundo. Ahí el potencial sería enorme.

Se dice que a Víctor Caballero lo mandaron a Segey, entre otras cosas, para tener en sus manos la estructura burocrático-administrativo más relevante del estado. Si consolida Escudo Escolar, podría reinventar esa estructura para Yucatán, así como para él y su ruta. Es cosa de un poco de imaginación.

Por todo eso hay que hacerse algunas preguntas muy de fondo. ¿Qué sigue? ¿Cuáles son sus etapas? ¿Cuándo y cómo se va a activar? ¿Cuándo estará del todo listo?
No es ocioso preguntar todo eso. Quintana Roo está que arde y, por tanto, debemos preguntarnos si [i]Escudo Escolar[/i] tendrá áreas prioritarias para la contención de riesgos en estados vecinos, por ejemplo; o para el combate a ciertas áreas y aspectos de riesgo. El programa suena muy bien, hace lógica, por eso no se puede convertir en un bonito anuncio, y unos bonitos eventos para foto y boletín. Hay que exigir que sea algo serio y llevado con seriedad.

A veces los intereses sociales y los intereses políticos se alinean, y se pueden dar casualidades positivas. Cada día que pasa sin una estrategia efectiva para blindar a Yucatán en el área de prevención del crimen de manera universal, es un día que aumenta el riesgo de un Yucatán que se contamine, y también cada día que pasa para Víctor Caballero sin sumar nuevos resultados contundentes y sexys en su área de responsabilidad, es un granito de arena que se le escapa en el reloj de sus aspiraciones. Yucatán tiene prisa en estrategias como [i]Escudo Yucatán[/i] y su subcapítulo de [i]Escudo Escolar… [/i]y Caballero también. Ahí está la pelota, si la patea bien, muchos lo volverán a ver.

Es grande el bicho y es grande la recompensa si funciona, y lo mismo si al final todo queda en bonitas fotos. Habrá que estar vigilantes. Un caballero con un buen escudo puede ganar muchas batallas y soportar muchos ataques, pero sólo cuando el escudo es bueno, muy bueno.

[b]Chechen[/b]: es una planta altamente venenosa propia de la Península de Yucatán. Genera un rocío que se mezcla con el polvo que se va asentando sobre el árbol y al rozarla o pasar bajo la planta, se adhiere a la piel y la quema, causa fuerte comezón, ampollas dolorosas, hinchazón del cuerpo y hasta calentura. El remedio inmediato para contrarrestar su insoportable ardor es hervir hojas del árbol llamado chacá y mojar la piel dañada con el agua; otros aseguran que volviendo a pasar bajo la sombra del árbol el efecto del veneno se neutraliza.

[b]Esta columna está redactada por los reporteros, colaboradores, espías y gargantas profundas, amigos de La Jornada Maya.[/b]

[i]Mérida, Yucatán[/i]

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