José Juan Cervera
Foto: Tomada de blocs.xtec.cat
La Jornada Maya
Lunes 6 de febrero, 2017
La enumeración convencional de los géneros literarios suele excluir ciertas expresiones de la creatividad que asume formas distintas de las que predominan en las modalidades comúnmente aceptadas. La novela, la poesía, el cuento, el ensayo y la dramaturgia acaparan en su conjunto el afán de sistematización que marca los preceptos y señala las fronteras en que los autores tienden a conducir sus plumas, aunque es claro que tales límites nunca son definitivos, porque muchas obras combinan recursos que las convierten en productos híbridos.
Pero en los márgenes de esta lista general suelen quedar ensombrecidos aquellos géneros que se consideran “menores”, atendiendo a la brevedad de sus producciones, sin tomar en cuenta la calidad intrínseca de su contenido, el despliegue imaginativo que pueden estimular y la reflexión que promueven cuando en ellas destacan los valores filosóficos revestidos de la belleza formal que las palabras tienen el poder de transmitirles. Se trata de géneros que, como el aforismo y el epigrama, tienen una tradición fácilmente comprobable, o que como el microrrelato, se han hecho más visibles en tiempos relativamente recientes, sin ser totalmente novedosos.
Es verdad que algunas composiciones textuales sugieren un tono más ligero que otras, como ocurre con la anécdota o el chiste literario, que sin apartarse del todo de sus orígenes en el universo de la oralidad, muestran nítidas afinidades con la cultura popular, fuente segura de conocimientos y experiencias susceptibles de recrearse en el campo de la escritura. En cambio, el aforismo suele representar la condensación de un pensamiento que atañe a nociones complejas aunque tengan una connotación práctica.
Como puede advertirse, la brevedad de un escrito no está reñida con la profundidad o la seriedad del tema que aborda, tal como lo pone de relieve una variedad de formas letradas cuyas creaciones son proclives, por su reducida extensión, a ser reunidas fácilmente en antologías y florilegios, del modo que puede observarse en las compilaciones conocidas hasta la fecha en esta materia. Críticos y estudiosos, algunos de ellos también creadores, en nuestro país se han dado a la tarea de analizar y explicar sistemáticamente lo que a estos géneros concierne, como lo han hecho Lauro Zavala y Javier Perucho. En Yucatán, Roger Campos Munguía ha hecho lo propio con esmero, pulcritud y acierto. Su ejemplo es digno de reconocerse y secundarse en bien de la propagación del conocimiento y del desarrollo de las letras nacionales.
[i]Mérida, Yucatán[/i]
[b][email protected][/b]
Jueza adscrita al penal estatal de Chalco amplió a octubre la etapa del cierre de investigación
La Jornada
Unos 3 mil productores serán beneficiados con sistemas modernos y eficientes
La Jornada Maya
Robert De Niro recibirá una Palma de Oro honorífica en el evento
Ap / Afp
Amenazó con suspender bienes y salarios a los más de 10 millones de indocumentados
La Jornada