César Daniel González Madruga
Pintura de Elizabeth Himes Sicilia
La Jornada Maya
Viernes 27 de enero, 2017
Tras los dolorosos acontecimientos suscitados en la ciudad de Monterrey cuando un adolescente disparó a su maestra y compañeros para finalmente suicidarse, la respuesta (tardía) que dio el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, fue anunciar la implementación de dos acciones estratégicas. La primera, reactivar el operativo Mochila Segura para impedir que no entren armas a los planteles del país, y la segunda, introducir en el currículo del nuevo modelo educativo (que iniciará en ciclo 2018) las “habilidades socio-emocionales” que la periodista Paola Rojas definió como “un conjunto de habilidades para conocerse a sí mismos, saber convivir con los demás, estar seguros de sí mismos y saber trabajar en equipo”.
Al respecto, quisiera centrar la reflexión de hoy en la segunda línea estratégica, las habilidades socio-emocionales. En el 2014 cuando fui diputado en la ALDF, impulsé la ley de salud emocional y encontré múltiples resistencias en el gobierno y de frente a intereses de algunas empresas farmacéuticas. El proyecto fue reducido a un artículo dentro de la ley de salud mental, donde se incorpora la salud emocional y gracias a este artículo se inició en la secretaría de educación de la CDMX un programa piloto para llevar a las escuelas los modelos de habilidades socio emocionales y que en el cambio de la titular de la secretaría Mara Robles, se suspendió dicho programa.
Junto a científicos, doctores, académicos y especialistas, se buscó retomar este programa a nivel nacional, inclusive con la participación de expertos de distintas partes del mundo se llevó a cabo el Foro “Educación hacia un humanismo Integral” en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla bajo el auspicio del Rector Alfonso Esparza Ortiz y de ellas emergieron las bases para poder implementar un programa aún más robustecido con los principios de las habilidades socio emocionales basado en los más avanzados descubrimientos científicos y tecnológicos e incorporando las varias experiencias de éxito. Si bien la BUAP inició con este modelo a trabajar, no había tenido eco en el gobierno federal, hasta ahora.
“Después del niño ahogado, tapado el pozo” reza el refrán, y es que la propuesta del secretario de educación es sin duda la más profunda y verdadera prevención a acontecimientos como los de Monterrey, y no sólo eso, sino que es la posibilidad de superarnos como sociedad en todos los aspectos humanos, no en vano para los antiguos griegos encontraron el mayor secreto inscrito en el en las paredes del templo de Apolo en Delfos la frase de “gnóthi seautón” o en español se traduce como “conócete a ti mismo”, y hoy la educación debe retomar estos principios filosóficos ancestrales, no como un asunto de cultura o para ser más inteligentes, sino para ser mejores como sociedad porque como entes sociales hay que “saber vivir y vivir es convivir” decía el maestro Juan María Alponte.
Por ello es importante no esperarse hasta el 2018 como anunció el Secretario Nuño Mayer, hechos como el de Monterrey nos recuerdan que no podemos postergar un modelo educativo basado en el Ser con el correcto desarrollo de las habilidades socio emocionales, este camino ya ha sido andado en materia legislativa y ejecutado en sus modelos piloto en la CDMX y en la BUAP, es necesario propagar estos esfuerzos en todos los rincones educativos para que renazca una educación de lo que verdaderamente somos, porque nos conocemos y convivimos a sabiendas de nosotros mismos.
Rector del Renacimiento Mexicano
@CesarG_Madruga
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