de

del

El nacimiento del Día del Trabajo en Yucatán

La conmemoración llegó al estado con el contexto de la Revolución Mexicana
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán

William Gómez

El nacimiento del Día del Trabajo en Yucatán ocurrió en 1916, enmarcado en el contexto de la Revolución Mexicana. Los trabajadores yucatecos adoptaron la celebración con entusiasmo, la convirtieron en una efeméride propia; y la revistieron con sus simbolismos. La expresaron a su modo hasta la década de 1930.

La asumieron con exaltación porque era una celebración ajena al calendario religioso, aún inexistente en el calendario cívico del Estado y con alto grado de confrontación hacia las élites. En pocas ciudades del país el Día del Trabajo llegó a alcanzar el auge que tuvo en Mérida, en donde derramaba solemnidad y paralizaba la vida social y económica.

La proyección alcanzada por el día del trabajo fue reflejo de la dinámica que la revolución adquirió a nivel local, ya que debido a su distanciamiento de la lucha armada y la instauración de la administración “progresista” del general Salvador Alvarado en la región, la Revolución se expresó desde el ámbito político, educativo, cultural, moral, estético y artístico.

Se manifestó a través de reformas sociales avanzadas que en pocos ámbitos de la vida humana fueron tan profundas como en el laboral, dando lugar a una avanzada legislación en dicha materia, a la libertad de asociación sindical; y al impulso estatal hacia el movimiento obrero.

El sindicalismo llegó a Yucatán con la revolución. Y con ella llegaron sindicalistas nacionales y extranjeros que convirtieron a la región en un hormiguero de agitadores políticos y sociales.

Fue en marzo de 1915 cuando se fundó en Mérida la Casa del Obrero Mundial, central sindical de proyección nacional que orientó la incursión de la clase trabajadora en la Revolución; y que fue promotora del anarcosindicalismo, de la educación racionalista de Ferrera Guardia; y se manifestó en un marcado tono anticlerical.

Fueron sus militantes los que convocaron a la manifestación que desembocó en los emblemáticos y anecdóticos saqueos a la catedral de Mérida en agosto de 1915; y fueron ellos los primeros promotores del día del trabajo en Yucatán. Fueron también estos activistas los que revistieron a la celebración como un acto solemne; como un acto de protesta y reivindicación hacia los mártires del proletariado mundial.

Primera conmemoración

El Día del Trabajo de 1916, en su primera conmemoración, aglutinó a más de 4 mil trabajadores meridanos, progreseños y de algunos municipios. En el salón Apolo se leyeron discursos sobre los mártires de Chicago; sobre el significado de la festividad y lo que representaba. También se observaron puestas teatrales y se escucharon piezas musicales. Luego salieron con sus pancartas y estandartes. Entonando Hijos del Pueblo, marcharon.

 

También te puede interesar: Mártires de Chicago, los anarquistas que originaron el Día del Trabajo

 

El simbolismo del acto dio paso al caos. Dirigidos por una avanzada de anarquistas españoles y socialistas locales, causaron destrozos y actos de bandidaje. Carlos Loveira, socialista cubano, militante del Partido Socialista del Sureste, narra:

“Se reunieron en la iglesia del barrio de Santiago como si obedecieran a un plan sabio y cautelosamente preparado, se dividieron en grupos; al mismo tiempo invadieron iglesias, conventos, ermitas y capillas de la ciudad, quemando los ídolos, atriles, altares, confesionarios y cuanto había en el interior. El hollín recién formado en columnas, paredes y techos, el humo, impregnado de un fuerte olor a barnices, maderas y lienzos quemados saturaba la atmósfera de la ciudad”.

Aunque la versión de Loveira es exagerada, Salvador Alvarado, quizá menos anticlerical de lo que se cree, impulsó una política obrera para que el Estado revolucionario se apropiara del Día del Trabajo. Para los años posteriores el Estado lo sacó de las calles y sedes sindicales, lo institucionalizó, lo despojó de su simbolismo y lo convirtió en una fiesta de Estado. En una magna ceremonia que contemplaba actividades deportivas, culturales y cívicas.

Los partidos de béisbol en el Fénix, las zarzuelas teatrales y las proyecciones cinematográficas en el salón Mérida, los concursos de belleza, las carreras de bicicleta y automóviles en Paseo De Montejo, y otras actividades patrocinadas por el gobierno del estado, intentaron suplantar a las manifestaciones y paros laborales, muchas veces con éxito.

En décadas posteriores, los regímenes políticos que surgieron de la Revolución se institucionalizaron, se desvirtuaron y se burocratizaron. Parte de este proceso implicó que festividades como el Día del Trabajo perdieran su significado, su simbolismo y su capacidad de convocatoria.

Ahora es un desfile, una marcha que exhibe la fuerza del charrismo sobre el sindicalismo mexicano. No se vislumbra en el horizonte una reapropiación de la fecha por parte de la clase trabajadora. No en las condiciones del sindicalismo actual. No en las condiciones del mundo post pandemia, en el que no hay lugar para los movimientos de masas como se expresaron en el siglo XX.

 

[email protected]

 

Edición: Estefanía Cardeña


Lo más reciente

Con 258 votos a favor, diputados aprueban reforma a Ley de Amnistía

El pleno inició la discusión de 71 reservas, aunque 22 serán enviadas al Diario de los Debates

La Jornada

Con 258 votos a favor, diputados aprueban reforma a Ley de Amnistía

Acusan en Texas a más de 140 migrantes por intento de ingreso masivo a EU

No se reportaron heridos durante la supuesta entrada del 12 de abril en El Paso

Ap

Acusan en Texas a más de 140 migrantes por intento de ingreso masivo a EU

Vila a la campaña, primera llamada

Editorial

La Jornada Maya

Vila a la campaña, primera llamada

Los ''jueces del mundo'', sin calidad moral

La Resaca 2.0

Normando Medina Castro

Los ''jueces del mundo'', sin calidad moral