Carolina Montiel Navarro
Durante una situación de riesgo social -como son las contingencias ambientales o sanitarias- la difusión y consumo de información confiable es fundamental. Muchas veces, de esa información depende la vida de las personas.
Es habitual que durante una tragedia o contingencia relevante -cómo puede suceder a nivel local aquí en Yucatán, con fenómenos climatológicos como los huracanes o como sucede a nivel mundial con la pandemia del Covid-19-, que involucre la seguridad de la ciudadanía, surjan una cantidad enorme de datos en un corto periodo de tiempo. Y entonces escuchamos, vemos y leemos lo más que podemos, como podemos.
De esta manera recibimos pedidos de ayuda, aviso de corte de luz, o bien novedades sobre la efectividad o no de una vacuna, todo esto por WhatsApp, por Facebook, por Twitter, en la radio, etcétera.
Es cierto que, en la actualidad, los diferentes desarrollos tecnológicos permiten a la sociedad en general el acceso a una gran cantidad de información de una manera sencilla y a una velocidad sin precedentes. Pero ¿cómo sabemos que lo que estamos viendo, leyendo y/o escuchando es real? Más aún, si decidimos difundir información en medio de una situación de contingencia ¿somos conscientes del tipo de datos que vamos a compartir? ¿Si afectamos a alguien? ¿De qué manera?
En México, el consumo y la difusión de noticias falsas afecta a la ciudadanía más de lo que pensamos. Según el Barómetro de Confianza 2021 elaborado por Edelman para medir los niveles de confianza de los ciudadanos en el gobierno, los medios de comunicación, las ONG y las empresas; solo uno de cada tres mexicanos tiene buenos hábitos de consumo de información.
El 60 por ciento de los mexicanos encuestados dijeron compartir o renviar noticias que les parecen interesantes; sin embargo, de estos, sólo el 36 por ciento realizan los cuatro pasos que demuestran buenos hábitos de consumo antes de compartir o reenviar noticias. Casi dos de cada tres personas que comparten información en México no validan la veracidad de esta.
¿Cuáles son los buenos hábitos de consumo de información? Informarse frecuentemente, evitar cámaras de eco informativas, verificar la información y no replicarla sin antes validarla.
Cómo consumidores y difusores de información, la primera acción de responsable es preguntarnos ¿Quién lo dice? Y ¿Cuál es su fuente? Si no podemos responder ninguna de las dos preguntas con seguridad y exactitud, sabiendo que se trata de fuentes confiables, la sugerencia es no compartir esa información de ningún modo.
Tomar conciencia del tipo de información que compartimos, tener buenos hábitos de consumo forma parte de la construcción de una ciudadanía responsable y -¿por qué no?- de una mejor calidad de vida.
Twitter: @CaroMN
Web: www.vozavos.com
Edición: Estefanía Cardeña
Los infantes presentaron sintomas de intoxicación por fármacos tras consumir alimentos contaminados
Efe
La FGR indicó que Murguía Santiago fue trasladado a la CDMX
La Jornada
La mayoría de los participantes son empleados de la compañía de Elon Musk
Ap
La actividad está dirigida a la población con discapacidad intelectual y motriz
La Jornada Maya