En realidad no hay recetas para crear el hábito lector, ni tampoco procesos metodológicos de la ciencia para lograrlo. Lo que sí parece es una condición fundamental para la creación del hábito de la lectura es leer cada vez más y con mayor frecuencia. El primer condicionamiento tiene que ver con los textos a leer. No sólo deben ser extensos cada vez, sino también más intensos conforme el lector avanza en sus lecturas.
Por otra parte, la escuela ha señalado que la mejor forma de aprender es leyendo textos por aquí y por allá, y que, mientras los alumnos más lean, más conocedores se vuelven. Otra forma en que los docentes lo dicen es que la lectura permite salir de la ignorancia de determinados temas o contenidos de aprendizaje. Hay que señalar que muchos estudiantes ya cuentan con el hábito de la lectura, ya sea sólo por placer o por aprendizaje de determinados asuntos. Aunque algunos otros están aún en el proceso de adquisición del hábito lector.
Sin embargo, a pesar de que no existen recetas para adquirir el hábito de la lectura, es conveniente considerar ciertos factores que intervienen en el proceso. Uno de ellos es el factor creativo. En lugar de obligar a los alumnos a leer ciertos textos, que es la forma tradicional que ocurre en las escuelas, habrá que considerar la diversidad de gustos de cada estudiante y promover el acercamiento a los libros con temas del gusto de cada quien. A algunos les llamará más la atención la temática y a otros, el género.
Otro aspecto que los propios alumnos deberán elegir serán los textos impresos o los textos digitales; en cualquiera de estos casos, no importa qué tipo de texto elige cada uno. Lo que importa realmente es que elijan el tipo de texto con el que se sientan más a gusto. La opción del texto digital obedece al hecho de que los niños y los adolescentes pasan mucho tiempo con su Smartphone y bien podrían buscar un texto de su gusto, en temática y género, para leerlo en el dispositivo. Junto con ello, habrá que incitarlos a que también lean textos impresos.
Otro condicionamiento relevante para la adquisición del hábito lector es promover que los alumnos lean diariamente un texto de su preferencia por el tiempo que cada uno de ellos decida hacerlo. Aunque algunos piensan que, para obtener el hábito de la lectura, hay que leer mínimo una hora diaria, otros dicen de 30 a 45 minutos al día, pero no es necesario determinar un tiempo estricto. Alguno de los niños o adolescentes podría leer en el momento que les nazca hacerlo, tal vez mientras espera a alguien o en tanto viaja en el autobús, cuando quiera.
Por otra parte, si acaso a alguno de los lectores primerizos no le gusta el texto que lee, puede cambiarlo por otro. No tiene que terminar de leer un texto que puede aburrirle o hasta disgustarle. Los lectores deben saber hay un catálogo inmenso de libros que pueden leer y escoger otro sin ningún remordimiento. Estos lectores en formación están creando el hábito de la lectura, y para ello deben encontrar los textos que más les graden, lo que les asegurará éxito en el proceso.
Finalmente, hay que señalar que no sólo deben ser leídos textos de libros, ya sea impresos o digitales. Pueden aprovechar la lectura de diversos artículos que es posible encontrar en periódicos y revistas o hasta Internet, siempre y cuando les resulten de su interés y su gusto. Y no hay que olvidar la lectura de los comics o de las mangas japonesas. Todo ello contribuirá a la formación del hábito de la lectura. Al principio será difícil, pero los lectores primerizos se irán acostumbrando y, con el paso del tiempo, podrían hasta crear un grupo de lectura.
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