Esta moral no da moras

Después de que el periodista Loret de Mola destapara el estilo de vida en Houston de José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente López Obrador, todo se ha desencadenado, empezando por el rictus del presidente que lleva 17 días en máxima tensión, vanos han sido los intentos por desviar la atención al publicar un supuesto ingreso anual del periodista, quizás violando el secreto que envuelve a la información privada y atenta contra la libertad de expresión desde la secrecía de los datos personales. Eso ha hecho crecer a Carlos Loret de Mola hasta los cuernos de la luna. La solidaridad le ha llegado por millones desde todo el país, Latinus aprovechó la ayuda presidencial al publicar una suerte de slogan, “Periodismo al precio que sea”. El ataque a Loret de Mola es un ataque a todos los periodistas que se atreven a criticar al presidente. 

Al parecer nadie en el Palacio Nacional aconseja al presidente que la batalla por su hijo se ve perdida, que seguir de largo es hacer el caldo gordo a sus detractores, López Obrador se siguió de largo en su enfrentamiento con el periodista yucateco. Ya se habla de una caída libre en la popularidad de López Obrador, usualmente rebasando los 60 puntos, al parecer con este escándalo de magnitudes extraordinarias, estaría por debajo de los 50, mucha gente cree que la actitud del hijo mayor del Presidente, a quien no se le conoce ningún tipo de trabajo continuo y menos provechoso, le ha pegado con saña a la figura presidencial, con ese discurso del combate a la corrupción que se desmorona al menos en la parte moral.

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Daniel Chávez, director de Vidanta, es el patrón moral del hijo del presidente y asesor sin sueldo de López Obrador en el Tren Maya, al parecer otro enredo más en el afán de buscar nuevas salidas a un auténtico berenjenal en que se metieron en Palacio Nacional. 

Ya no hay cabeza para combatir al crimen que se sigue ensañando con el país, cada vez más entidades siguen bajo la ráfaga y bala suelta, periodistas caídos, economía en picada y poca esperanza en mejorar la vida y la salud mexicanas.

España no olvida, allí le llaman un conflicto fantasma.

Así le llamaron los españoles al reto López Obrador de “pausar” las relaciones México-España, aunque luego reculó y dijo que no es ruptura. Lo cierto del caso es que metió ruido a varios proyectos como el Tren Maya lo realizan empresas españolas.

López Obrador no anda en su mejor momento, tanto frente abierto, tanto desacierto, ya no pueden ser llamados como distractores, sino más bien, ineficacia para gobernar, algo que intentábamos negar, pensando que el mago traía nuevos trucos, pero este mago ya se enojó y culpa al conejo por la ausencia de público en sus funciones.

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Edición: Laura Espejo