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La tierra venidera. Invitación a la lectura de 'Loa a la tierra'

¿Qué tan verde podría ser el lugar que habito?
Foto: Rulo Zetaka

Meditar es una acción trascendental que se nombra en verbo, pero es atravesada por la acción y la no-acción. Es un espacio que contiene todo, pero está vacío. Se puede representar como un desierto infinito o como un bosque inmenso. La espera de que algo pase, mientras todo acontece, lo cual también es algo que podría suceder.

Cuidar un jardín es como meditar, nos propone Byung-Chul Han en su Loa a la tierra. Un viaje al jardín (Herder, 2019) donde relata en forma de ensayo y de diario la experiencia con su jardín que florece en invierno en la ciudad de Berlín. El autor, muy de moda en algunos círculos, es un filósofo de origen coreano avecindado desde hace algunas décadas en Alemania el cual critica las realidades actuales de la hipercomunicación digital mientras se descubre a si mismo practicando la terrenalidad. 

En Loa a la tierra nos descubrimos con él, es una obra particular desde que tenemos el libro de pasta dura en las manos, la sobrecubierta color arena tiene ilustraciones naturalistas en la portada y en el lomo. En la solapa interior podemos ver al autor sentado en su jardín, insinuando que se apoya en un tronco y mirando hacia el suelo. Así es la invitación a la lectura de este libro, que podría interesar a practicantes de la filosofía, botánicos frustrados, o recientes descubridores de la jardinería pandémica por igual, quienes no podrán mas que seguir mirando en otra dirección mientras la lectura está sucediendo.

El autor es acompañado por ilustración científica en casi cada capítulo, Isabella Gresser da vida a varias de las plantas que conocemos en el jardín de Byung-Chul, mientras que él nos cuenta sus sentires, pesares, aprendizajes y reflexiones. En este camino también suceden diálogos por igual con los recurrentes autores de su obra, como Heidegger, o cómo los poemas de Gabriele D’Annunzio.

 

Foto: libroverde.org

 

Pero ¿qué pasa cuando nos sumergimos en la lectura? Primero se prepara la tierra, vamos leyendo algunas frases que dotan de sentido al jardín, vamos entendiendo las ideas principales que tienen que ver con la forma del contenido. Después de leer uno o dos capítulos ya la semilla estará plantada y al germinar nos daremos cuenta de que hay que trabajar para que las plantas nos den toda su belleza, en el caso del autor le apunta a las flores, aunque en mi caso miraba hacia los frutos. El autor mientras tanto sigue junto a nosotros enseñándonos la belleza de las flores, las semillas que sembrará el siguiente ciclo o mostrándonos las plantas que ya no seguirán en el jardín. Me descubro pensando antes, durante y después de la lectura en mi propio jardín, envidiando un poco el tiempo que le dedica Byung-Chul y también el conocimiento de botánica de un territorio que me es desconocido.

Cuando ya está volviéndose joven nuestra planta, en mi caso una luffa que comúnmente se le conoce como estropajo, en el caso de Byung podría ser las anémonas, los acónitos de invierno o azafranes del diablo, el libro empieza a adquirir otro sentido. Dice hacia las últimas páginas que “esperar es el modo temporal del jardinero y que por eso su loa a la tierra está dirigida a la tierra venidera,” esto abre la puerta a una profunda interpretación del texto donde los saberes ya estaban ahí pero que en el continuo devenir del tiempo y nuestra relación con el suelo donde plantamos nuestros pies es donde sucede la transformación, a través de la comunión con lo bello, las plantas, la tierra, la cual tiene que ser pensada con la acción cotidiana.

El viaje de este texto, la invitación, termina con el comienzo del libro “un día sentí una profunda añoranza de estar cerca de la tierra, así que tomé la resolución de practicar a diario la jardinería” y entonces germinaron algunas preguntas ¿hacia dónde nos llevará esta meditación silenciosa?, ¿qué tan verde podría ser el lugar que habito?, ¿cómo abonar la tierra donde planto mis pies?

¿Cuándo descubriremos nuestra propia añoranza de estar cerca de la tierra? 

Contacto: @RuloZetaka

Edición: Ana Ordaz


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