Campaña de odio

La falta de argumentos para criticar y de propuestas concretas de beneficio colectivo para construir un proyecto de nación alternativo al encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta Transformación con énfasis en los pobres, ha empantanado a la oposición mexicana que recurre hasta el hartazgo a campañas de odio estériles para su causa.

Su apuesta no es construir una Nación próspera, sin las enormes brechas de desigualdad social, sino recuperar los privilegios que han perdido las élites que constituyen una minoría clasista, sin empatía hacia las mayorías que empobrecieron y sin voluntad para construirla.

Desde que fueron echados del poder por el aplastante voto mayoritario el 1º de julio de 2018, cuyo cuarto aniversario será este viernes próximo, los partidos políticos opositores de López Obrador se convirtieron en sus enemigos y han buscado a toda costa boicotearlo, lastimarlo, descarrilar su gobierno y destruirlo.

Gracias a su campaña de odio han cosechado lo mismo, pero en proporción mayor, y así es imposible ganar la confianza y el voto de las mayorías a las cuales desprecian y no le atribuyen la capacidad de no creerles. Lo triste es que afectan gravemente la política y la democracia, porque por su falta de credibilidad esa oposición anti AMLO ha propiciado que Morena les gane prácticamente con cualquier persona, incluso con quienes son verdaderos obstáculos para cualquier transformación decente y hacen que la 4T sea solo una utopía, a pesar de gobernar la mayoría de los estados del país.

Ahora atacaron con saña inaudita al hijo menor de AMLO de manera orquestada desde el anonimato por los odiadores recurrentes, con granjas de bots identificadas por el sitio Loquesigue.tv y ubicadas entre operadores del ex presidente Felipe Calderón y del panismo de Guanajuato, Querétaro, Nuevo León, Jalisco, Yucatán y zonas del PAN en la Ciudad de México. Tlatelolco Lab de la UNAM a través de un estudio también determinó que fue un ataque orquestado con bots contra José Ernesto, el hijo menor de edad de AMLO y que además enlazaron con su otra campaña narco narrativa sin fundamento, con los hashtag “MorenaNarcopartido” y “NarcoPresidente” que ha tenido aliados de la ultraderecha y grandes corporaciones extranjeras que ya no pueden disponer a su antojo de los recursos de México.

En lo local

El poder de redimir todos los pecados políticos parece una de las facultades que tiene la gobernadora electa de Quintana Roo, Mara Lezama. Muchos de los enemigos sobresalientes de la 4T –priistas, panistas, perredistas, etcétera–, ya están cerca de la virtual mandataria.

En noviembre de 2017, cuando se discutía el presupuesto 2018 del país en la cámara de diputados, ante el omnipotente PRI subió a tribuna el diputado federal de la aún pequeña fracción parlamentaria de Morena, Mario Ariel Juárez y acusó al coordinador parlamentario del tricolor César Camacho Quiroz de actos de corrupción. La defensa del entonces prepotente PRI vino de un grupo de diputadas federales entre las que destacó por su enjundia la priista Arleth Mólgora. No hubo argumentos, solo el grito burlón: “quiere llorar, quiere llorar”, seguido de la homofóbica futbolera “!P….!”. Ahora, redimida, recibe agradecimientos de Mara Lezama en su Facebook.

Decía Albert Einstein: “Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento”.

En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.

¡HASTA LA PRÓXIMA! 
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Lea, del mismo autor: Entre la justicia y la hipocresía

Edición: Laura Espejo