La rebelión de los pequeños. Texto no apto para todos los hinchas

Futbol esencia

Futbol conciencia

Aquí no hay violencia

Pura diversión.

Maldita vecindad y los hijos del quinto patio – fut callejero

Cada cuatro años asistimos a una cita: la afición, la fanaticada y muchísimas personas incautas sucumbimos ante el furor de 22 personas pateando un balón dentro de un rectángulo verde. Hay varias mandas en el fútbol de selecciones nacionales, aquella poco vigente que dice que el fútbol es un juego de once contra once donde siempre gana Alemania, o que la alegría del jogo bonito brasileño no se puede traicionar. Cada cuatro años suceden muchas cosas que terminan con un resultado más o menos similar, en los cuartos de final hay una combinación de 10 a 12 equipos que siempre están, y si tenemos suerte cae una sorpresa.

En el campeonato en territorio donde los derechos humanos no son la norma, se empezó a gestar una revolución pequeña que asusta al norte global del balompié. Esas 10 o 12 selecciones pertenecen a la cúpula que ha regido un deporte por casi 100 años, la UEFA y la CONMEBOL. Cuando el fútbol se hizo negocio, estas dos confederaciones hospedaron a esas selecciones europeas con las dos sudamericanas y para todo el resto del mundo, el horizonte prometido era un cuarto partido, es decir, quedar entre los dieciséis mejores porque ir más allá es solo para los elegidos.

Pero esta no es la historia de la élite, le propongo a quien lea este texto una contranarrativa del mundial de fútbol Qatar 2022, la competencia donde todos juegan pero siempre mandan un puñado de países, en eso la FIFA no se diferencia en nada del concierto de naciones de la ONU. Amanece el torneo sin mucha esperanzas, todas las apuestas y quinielas están con los de siempre, pero antes de cumplirse una semana vemos la primera travesura. El mundo árabe se le planta al favorito, quien tiene a la estrella de esta generación, el inmaculado que se codea con los más grandes de todos. Arabia Saudita saca una victoria inesperada ante el candidato, y en el momento que escribo este texto finalista, Argentina. 

Unos días después Japón diría que la máxima sobre Alemania es falsa y le arrebata la victoria, la nación nipona exige respeto en el rectángulo verde. Para la segunda jornada Irán sorprende nuevamente y la lingua franca del territorio qatarí grita el triunfo. La historia, la más importante, se empieza a contar en el partido donde el tercer lugar del mundial anterior, Bélgica,  integrada por algunos de los mejores jugadores del mundo sucumbe ante la novel selección marroquí. 

Al parecer jugar en el territorio donde tu cultura se arraiga y ser local es mucho más importante de lo que pareciera. Cuando era niño, el papá de un amigo contaba su vida en función a los mundiales que había visto, y uno de los datos que más me impresionaba era que ningún equipo había ganado hasta ese momento fuera de su continente, a excepción de la verde amarelha, el mejor de todos los equipos con el mejor jugador de todos los tiempos, en el mundial de Suecia 58, los demás hasta antes de Corea-Japón se los repartían sudamericanos y europeos con la localía continental. El saldo ahora va empatado con el mundial que ganó Alemania en Brasil 2014, y con una victoria fuera de casa para cada continente, CONMEBOL en 2002 en Corea-Japón y Europa en 2010 en África.

Para la fase de eliminación directa los cruces quedaron como le gusta a la FIFA, un favorito evidente y una víctima para que el top 8, volviera a ser más o menos lo esperado. La selección marroquí, en una demostración espectacular, eliminó a uno de los favorito hasta el momento, la nueva generación española no tuvo con que competirle a la organización colectiva y popular marroquí. Durante ese partido ondearon banderas palestinas en el rectángulo verde, desafiando al Estado impuesto hace 75 años que rompe la unidad cultural del territorio árabe. Los pequeños siempre apoyan a los pequeños.

Para estas alturas hay que empezar a mirar la historia, desde hace veinte años no se ha mostrado ninguna sorpresa en los cuartos de final, siempre han salido ganadores de una u otra manera cuatro favoritos. Y si quisiéramos remontarnos más atrás, tendríamos que irnos a 1930, en el primer campeonato mundial, para encontrar a una selección que no fuera ni de UEFA ni de CONMEBOL entre los primeros cuatro lugares. Y este año acudimos a un hito histórico en el mundo del fútbol, la sonrisa de Galeano se mira en el horizonte cuando por primera vez, el mundo árabe se presenta en las semifinales.

La final se jugará el domingo entre dos grandes bicampeones del mundo, Argentina y Francia, pero el fútbol que todxs podemos jugar será un día antes, en el partido por el tercer lugar aparecerá la oleada marroquí frente a la incansable colectividad croata y, por fin, los pequeños tendremos nuestra propia final, donde el resultado, será lo que menos importe y la historia no la contaran los vencedores, sino que la relataremos quienes disfrutamos que la colectividad organizada le plante frente a la hegemonía.

@RuloZetaka

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Edición: Laura Espejo