Miro este calcetín viudo que no entiende la circunstancia de su inutilidad.
Yo ya lo había advertido. Las lavadoras se alimentan de calcetines: no gustan de la ropa interior, se les indigestan las manchas de mostaza que usualmente tienen las camisas y mascan los pantalones, pero no los tragan.
Por eso me apena este viejo calcetín y compadezco su soledad de pie derecho.
Uno puede perder un brazo, un ojo, un pie: lo que queda sigue cumpliendo sus funciones imprecisamente doctrinarias; mas un calcetín solitario es casi una aberración ontológica, un atentado contra cualquier mundo posible, una anomalía de la naturaleza, el mayor de los infortunios.
Este calcetín viudo es ya solamente una metonimia de la soledad, una metáfora siniestra del “no-ser”.
Edición: Ana Ordaz
La gobernadora negó que el proyecto Mobi represente un incremento en la tarifa
La Jornada Maya
Los choferes reportan que entre 35 mil y 40 mil personas usan sus servicios diariamente
Miguel Améndola
Legisladores de la 4T sugirieron que el tema gira en torno a la remoción del fiscal general Gertz Manero
La Jornada
Jesús Castañeda tendrá bajo su dirección a más de 50 músicos para el espectáculo
La Jornada Maya