¿Quién nos dice qué es ruido?

¡Qué descansada vida 

la del que huye del mundanal rüido, 

y sigue la escondida 

senda por donde han ido 

los pocos sabios que en el mundo han sido!

Fray Luis de León (1527/28 -1591)

Los ambientes urbanos suelen distinguirse de los rurales por la competencia en la oferta de bienes y servicios. Los negocios en las ciudades suelen recurrir a estrategias de mercadotecnia para llamar la atención de los potenciales clientes, mientras que en villas y pueblos la publicidad es mucho más simple: a veces basta un simple anuncio en la pared o, fenómeno reciente, una fotografía de la mercancía en un grupo de ventas de WhatsApp o Facebook.

Pero esta competencia llega a ser incómoda en las ciudades. La falta de imaginación ha llevado a muchos empresarios a instalar una bocina a las puertas de su negocio con un animador que, micrófono en mano, invita a los transeúntes a ingresar al establecimiento mientras dos o más chicas se mueven al ritmo de los éxitos del momento. Y entonces entendemos a Fray Luis de León, pero a la vez queda preguntarnos, ¿qué era considerado ruido en su época?

De tomar una definición antigua, y por lo mismo ambigua, tenemos que el ruido es todo lo molesto para el oído o todo sonido no deseado. De ser así, el criterio es subjetivo. Pero imaginemos entonces cuál era el ruido del que huían los sabios del siglo XVI. ¿Se trataba del barullo en los mercados? ¿Tal vez un conjunto de juglares con laúdes y vihuelas desafinados? ¿Los golpes de picos y marros mientras cientos de aldeanos construían una mansión? ¿El pregonero que iba ofreciendo algún alimento? ¿El paso de carretones tirados por caballos o bueyes? En ningún modo se habría tratado de sonidos mucho más altos que la voz humana.

Pero hoy día, cuando nos referimos al ruido que generan algunos negocios, nos encontramos ante una dinámica que contempla varios criterios. Estos son una intensidad medible en decibelios, la comprobación de una afectación y una metodología certificada para la medición del sonido. Está también la periodicidad del fenómeno, pues no será lo mismo para los vecinos que el paso de un carromóvil anunciando la venta de flanes caseros al espectáculo semanal, por unas cuantas horas, de los promotores de una casa de empeños en la consabida formación animador -bocina -bailarinas, al cumpleaños de la abuela de la familia al que llegan los mariachis a las tres de la mañana del domingo, a vivir colindante a un bar con música en vivo.

Precisamente a raíz de las quejas contra bares y restaurantes con espectáculos de música en vivo o cuya oferta de entretenimiento incluyera la reproducción de música grabada, el Reglamento de Protección al Ambiente y Equilibrio Ecológico del Municipio de Mérida fue modificado a fin de combatir el ruido. A un año de las modificaciones, es propicio iniciar un análisis del efecto de su aplicación tanto para negocios como vecinos y autoridades.

Será necesario un foro amplio, con la participación de empresarios y especialistas en medio ambiente para que al final la sociedad llegue a un equilibrio que permita a todos una ganancia; esta no necesariamente será económica, pues también se traducirá en el fortalecimiento del tejido social, al conducirse en un marco respetuoso la relación entre negocios y vecinos.

Pero si algo es innegable es que la vida nocturna de Mérida, así como la exposición de la riqueza gastronómica de Yucatán, pasa de manera importante por estos negocios, que también se están convirtiendo rápidamente en atractivos para el turismo, como se vio en las recién concluidas vacaciones de Semana Santa, durante las cuales se comprobó que el centro de Mérida es un espacio que se ha recuperado en cuanto a habitación y la actividad comercial -y esto incluye a bares y restaurantes -y que no ha dejado de ser el principal foro de espectáculos en la ciudad, como se volverá a comprobar con La Noche Blanca.

Sigue leyendo:

-La Noche Blanca se extenderá más allá de las fronteras de Mérida: Lo que se sabe

-Más de 30 galerías de Mérida participarán en la Noche Blanca

-Todo listo para la Víspera de la Noche Blanca en Mérida: Conoce las actividades

Edición: Estefanía Cardeña