La crisis deportiva del futbol mexicano es inversamente proporcional a su éxito económico; cierto es que la bonanza material de nuestro futbol no alcanza a todos los equipos y es prácticamente ajena a las divisiones menores, pero aún así es un gran negocio.
No hay escrúpulos. Después del fracaso en el Mundial de Qatar, el modelo empresarial se radicalizó a partir de una hipótesis pertinente: el aficionado seguirá consumiendo el producto no porque tenga expectativas en torno a su calidad, sino para ver de qué tan mala calidad es.
Con esa garantía, los jerarcas del balompié siguen haciendo negocios con una afición que está en la lona y que no acaba de entender que es justamente ella la que podría poner fin a esta situación si deja de consumir el producto podrido.
El asunto es que el futbol nacional se ha estancado, aun cuando ya hay muchos jugadores contratados en ligas europeas, algunos de los cuales, incluso, juegan en equipos de relativa importancia en esa región.
Te puede interesar: Diego Cocca es despedido como director técnico de la Selección Mexicana de Futbol
Tal estancamiento no sólo tiene que ver con el sistema de competencia (que prioriza la suerte y el melodrama por encima de la constancia y la disciplina), sino con toda una estructura institucional diseñada para ganar mucho dinero vendiendo un producto de calidad menor a un aficionado imbecilizado y acrítico. Quizá entonces por esa falta de respeto a sus propios consumidores, deberíamos darle la espalda a nuestro futbol haciendo con ello un sencillo ejercicio de dignidad.
Los dueños del balón saben que la afición ya no cree en el tri, pero ya encontraron una nueva manera de vendernos el producto y nosotros resbalamos con la trampa mientras ellos se siguen llenando los bolsillos sabiendo que el morbo también vende. Hemos perdido la esperanza de ganarle a los norteamericanos, pero vemos los partidos para ver qué tan bajo hemos caído o para confirmar que el entrenador en turno era la peor opción.
La telenovela sigue su curso. Los jugadores quieren abandonar a la Selección y al parecer varios de ellos no jugarán el próximo torneo en puerta porque no quieren seguir haciendo el ridículo.
Lee: México logra tercer puesto en Liga de Naciones de Concacaf al ganar 1-0 a Panamá
En el deporte se puede ganar o se puede perder, pero las maneras de hacerlo hacen a veces la diferencia; las derrotas honrosas ya no venden, pero ahora la novedad es que las derrotas deshonrosas y las actuaciones ridículas también generan audiencia (el partido de ayer tuvo un “raiting” mayor que el de la final del torneo anterior).
No hay esperanza de que se nos ofrezca un producto digno porque a los directivos de nuestro futbol no les interesa, salvo si el producto dejara de consumirse de manera radical.
Lee, del mismo autor: Las Chivas: un melodrama deportivo
Edición: Emilio Gómez
Jueza adscrita al penal estatal de Chalco amplió a octubre la etapa del cierre de investigación
La Jornada
Unos 3 mil productores serán beneficiados con sistemas modernos y eficientes
La Jornada Maya
Robert De Niro recibirá una Palma de Oro honorífica en el evento
Ap / Afp
Amenazó con suspender bienes y salarios a los más de 10 millones de indocumentados
La Jornada