ES TANTA LA pobreza moral de los oligarcas de la derecha neoliberal que a pesar del evidente fracaso de la “guerra sucia” permanente contra el presidente de México y su gobierno, arreciada exponencialmente en las campañas políticas actuales, son incapaces de cambiar, dominados por su odio que se impone a cualquier razonamiento contrario.
Desde que surgió como figura importante de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador ha sido depositario preferente del odio de las élites que no han podido aniquilarlo. Cuando quisieron desaforarlo, con argumentos falaces, siendo jefe de Gobierno de la Ciudad de México, solo consiguieron hacerlo un mártir, ya que solo abrió una calle para un hospital en tierras de la nación, reclamadas tramposamente por un particular que desapareció cuando la verdad salió a flote.
En las elecciones de 2006, con todo el odio de las élites contra el mismo AMLO y la participación escandalosamente mezquina del presidente panista Vicente Fox y su gobierno, tuvieron que recurrir al fraude electoral para entronizar a Felipe Calderón, también del Partido Acción Nacional.
En 2012 prepararon con mucha anticipación un presidente de telenovela con el priista Enrique Peña Nieto, quien llevó al extremo la corrupción, el saqueo del país y la entrega de su riqueza y su soberanía. En 2018 acudieron en masa a las urnas más de 30 millones de votantes en apoyo de AMLO lo cual hizo imposible que el régimen neoliberal pudiera realizar fraude. La estrategia del PRI, PVEM, PANAL con José Antonio Meade fue la misma que la del PAN, MC, PRD con Ricardo Anaya, mentir sobre López Obrador tratando de infundir miedo contra él, lo cual resultó un rotundo fracaso. Ahora en 2024, la derecha neoliberal representada por la alianza del PRI, PAN y el PRD con Xóchitl Gálvez como candidata presidencial, hacen la misma apuesta fracasada, “guerra sucia” contra López Obrador y su candidata presidencial Claudia Sheinbaum. La reciente encuesta del periódico Reforma, abiertamente opositores de AMLO, no deja dudas sobre el fracaso de la guerra sucia: “en diciembre de 2023 el apoyo al mandatario era de 62 por ciento. Ahora, a seis meses de dejar el cargo, su popularidad se incrementó 11 puntos para colocarse en 73 por ciento”. El mismo medio publica que Claudia Sheinbaum tiene una ventaja de 24 puntos sobre Xóchitl Gálvez. Sin cambio sustancial de los opositores puede anticiparse su derrota el próximo dos de junio.
Algo que puede restarle votos a la candidata morenista a la presidencia, Claudia Sheinbaum, son algunos candidatos de los estados, sumados a la corrupción y mediocridad de varios gobiernos locales. Por ejemplo, los candidatos verde-morenistas al senado por Quintana Roo, lejos de sumar, restan. Anahí González, a pesar de que sabe que accedió a la candidatura con mentiras, sin ninguna calidad moral, se aferra a lo que es una representatividad espuria. El otro candidato Verde disfrazado de guinda, Eugenio Segura realiza una campaña intrascendente sin calidad política. Como losa en la espalda, difunden copiosamente el video en el que los menciona Sheinbaum, quien no los conoce. los asesores de Segura lo ven como futuro gobernador y piensan que la senaduría es de trámite. No es casual que al más puro estilo del PRIAN recurran a la guerra sucia y recursos legales para frenar al candidato emecista al senado, el histriónico Roberto Palazuelos. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.
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