Opinión
Rulo Zetaka
05/09/2024 | Mérida, Yucatán
Tengo que admitir que me resistí contra toda posibilidad de escribir esta reseña. Aunque había escuchado y leído de Benjamín Labatut poco conocía su obra, más que la mística que atraviesa a su personaje-escritor que da pocas entrevistas, que la mayoría de lo que se encuentra de él lo contestó en texto y que lo edita Anagrama con una sinopsis bastante poco específica sobre él y su trabajo. Al llegar al final del libro pensé que encontraría en los reconocimientos trazos de su obra o explicaciones que me hacían falta para completar la pintura del personaje, pero contra mi voluntad, no encontré lo que buscaba.
Un verdor terrible (Anagrama, 2020) es un libro de relatos que caminan entre la ficción y la realidad. Esta siempre me ha parecido una tarea complicada y muchas veces aparenta lo que no es: una solución para llenar vacíos que la historia no contó. Labatut lo lleva a un lugar totalmente desconocido, ¿qué pasaría si conociéramos los más íntimos placeres y delirios de personajes que parecieran fundidos en bronce dentro de la historia de la humanidad?
Benjamín Labatut es un excelente herrero, pues funde a los personajes de bronce para forjarlos y darle forma a la psique de un puñado de científicos que son piezas clave en la historia del mundo del siglo XX: Desde los tal vez no tan conocidos como Grothendieck o Fritz Haber hasta el célebre por su argumentación en torno a un gato, Schrödinger y el mismísimo atormentado Einstein cuando se enfrentó a teorías que superaban sus expectativas.
Entrelíneas, el autor nos deja ver que se documentó lo suficiente para que las historias que entrelaza se sientan completamente reales y hasta el final del libro, nos avisa con detenimiento cómo fueron construidas las historias y cuáles están más ficcionadas que otras. Esto me generó durante toda la lectura una sensación más bien extraña, ¿lo que me está narrando realmente pasó? Los delirios de Heisenberg ¿Fue construido a partir de su diario? Todo el tiempo nos reta entre la realidad y la fantasía que habita, en la necesidad humana de narrar.
Y entonces, me molesto con el texto y escribo el primer párrafo de esta invitación a la lectura. Acercarme a un libro así es diferente a lo que he pretendido los últimos años con mi búsqueda lectora, en primer lugar, porque está mayormente narrada en territorios que ya conocemos, la vieja Europa central de la que han brotado incontables científicos y filósofos. En segundo lugar, son puros hombres blancos de la época, en los últimos años he buscado personajes no hegemónicos o que se salieran un poco de la norma occidental, y estos no lo hacen para nada, han sido retratados en los últimos años hasta en el cine mainstream.
En tercer lugar, suelo dejar como segundas opciones las editoriales reconocidas, centrándome en las independientes. Nada pude hacer pues a pesar de todo esto Labatut tiene una pluma que te enjaula y no te suelta más que por ratitos, mismos que usas para investigar un poco más de la biografía de los personajes y entender sus contextos históricos. No importa si la alucinación fue real o no, sino lo que importa es cómo Labatut la hizo tan creíble que pareciera una Epifanía que construyó una de las teorías más aceptadas hasta el día de hoy.
Y entonces, terminas el libro de Un verdor terrible y sientes la ausencia de la lectura y te preguntas ¿habrá más del mismo autor? Al buscar notas que hay poca disposición de otras obras en México, más que un par más, pero te conformas con eso porque merece la pena seguir pensando en las historias narradas, y en la maravillosa forma de narrar que Benjamín Labatut nos regala en este libro.
Por cierto, al final del libro hay un cuento que pareciera desentonar con los demás, pero de ese no les cuento ni una palabra para que disfruten la sorpresa del cambio de rumbo narrativo.
@RuloZetaka
Edición: Estefanía Cardeña