Opinión
Felipe Escalante Tió
19/09/2024 | Mérida, Yucatán
En ciertos momentos, la descripción del paisaje ha formado parte de los grandes relatos de la humanidad; pero para ser honestos, las mejores se encuentran en informes de exploradores o de personas interesadas en mostrar qué es lo que hace específica a una región. La literatura de viajes fue muy popular precisamente porque una prueba del talento de los autores consistía en su capacidad para trasladar a los lectores al lugar visitado.
Pero otro tanto de estas descripciones era motivado por la utilidad de la producción de un estado o país para insertarse al mercado internacional. Las primeras exposiciones de ese tipo fueron internacionales y solían ser grandes acontecimientos, semejantes a los juegos olímpicos, en los que incluso se premiaba a algunas empresas.
En Yucatán, la exposición comercial de mayor tradición es la de Xmatkuil, próxima a cumplir 50 años. Cabe mencionar que no fue la primera, pero sí es la que ha tenido continuidad. Únicamente la pandemia de Covid-19 interrumpió su celebración.
Varias décadas antes de que el gobierno de Yucatán promoviera la Feria Yucatán Xmatkuil, según nos deja saber el diario El Peninsular, en su edición del 14 de diciembre de 1905, existió la propuesta de organizar una exposición yucateca. De hecho, la nota lleva ese nombre.
La motivación de proponer una exposición yucateca fue presentada en el seno de una de las juntas encargadas de organizar los festejos al presidente Díaz.
Según indica El Peninsular, “una respetable persona hizo presente la idea de preparar una gran exposición industrial, agrícola y artística de los productos del Estado, para presentar así al Jefe de la Nación, un conjunto demostrativo de lo que en verdad es y puede esta Entidad Federativa.”
El periódico continúa refiriendo que la idea “fue acogida con todo aplauso por las personas a quienes se comunicó y si no pudo prosperar fue sólo la premura del tiempo, que impide recoger todos los elementos necesarios para que la Exposición llene su objeto". Lo que no menciona la nota es que el evento pondría de relieve todo aquello que quedaba fuera de la producción de henequén o incluso lo que se podía innovar a partir de este agave.
Otra cuestión que no se menciona es que la producción agrícola de entonces era eminentemente de temporal, y en todo caso para la exposición apenas habría algunas conservas para exhibir. Existían también algunos derivados del cultivo de caña de azúcar, radicada en la región de Tekax y Peto, de donde además del dulce se producían algunos aguardientes. En Mérida, además, se encontraba la Cervecería Yucateca, que ya tenía números importantes en cuanto a ventas.
A pesar de la negativa a celebrar la exposición, El Peninsular insistió en que la idea no se tirara en saco roto, pues “podría aprovecharse el movimiento que hoy se desarrolla para poner las primeras bases y dar los primeros pasos a fin de conseguir que en tiempo apropiado, por ejemplo, en el invierno próximo, se lleve a cabo la Exposición. Esta sería interesantísima para el comercio y para la prosperidad en general de Yucatán, y formaría un cuadro demostrativo de su riqueza y adelantos, mucho más exacto y más honroso que las versiones de los touristas consignadas en libros escritos con propósitos especiales y las reseñas que se ponen en las obras descriptivas que con ilustraciones y anuncios se editan repetidamente con otro afán que el de poner al Estado en su legítimo puesto”.
A continuación, el periódico pergeñó la posibilidad de la exposición, primero recordando: “Hace ya bastante tiempo, cuando Yucatán despertaba a la vida agrícola e industrial, se organizó con el sano entusiasmo y el patriotismo sincero de los buenos yucatecos, una Exposición, que se instaló en la casa en que hoy está el ‘Jockey Club’ y que produjo un excelente resultado.”
Organizar una exposición era asegurarse un éxito. El periódico aseguraba que “concurrirían cientos de expositores llevando su contingente” y que, si se anunciaba oportunamente, “vendrían a ella excursionistas de la República y de los Estados Unidos, se conocería más y mejor la importancia de Yucatán, y á más del movimiento que necesariamente se ocasionaría en la época del Certamen.”
Sin embargo, pasaron más de dos décadas para que se celebrara una exposición yucateca, y todavía otro tanto para que se estableciera el foro que idealmente se destina a la producción agrícola, ganadera y comercial de Yucatán, pero esas… esas son otras historias.
Edición: Estefanía Cardeña