Opinión
La Jornada Maya
09/10/2024 | Mérida, Yucatán
Leonardo Pino
El 10 de octubre de 1824, protestó como primer presidente constitucional del México independiente. Mañana se cumplen 200 años de aquel suceso histórico.
En la Villa de Etla, el 24 de noviembre de 1812, el generalísimo José María Morelos concibe el ataque para liberar nuestra ciudad y ordenó en el parte del día: “¡A acuartelarse en Oaxaca!”
En la toma de Oaxaca lucharon patriotas insignes como los generales Hermenegildo Galeana, los hermanos Víctor y Miguel Bravo, Pablo Galeana y Mariano Matamoros y los coroneles Vicente Guerrero, José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix y el arriero Valerio Trujano.
Desde el Cerro del Fortín, el avance de los insurgentes fue rápido; el último reducto a vencer fue el Juego de Pelota, hoy Jardín Conzatti, que estaba rodeado por un ancho y profundo foso de agua. El coronel Miguel Antonio Fernández Félix se impuso vencer ese escollo: lanzó su espada al otro lado del foso, exclamando: ¡Va mi espada en prenda, voy por ella! Su ejemplo fue imitado de inmediato por la tropa de leales a su mando.
Abatida la trinchera líquida, fue fácil reducir a los realistas que resistían en la iglesia de Guadalupe y en el hospital de Betlemitas. Allí, al final del combate, Fernández Félix adoptó un nuevo nombre, “lleno de simbolismo evocador- narra el gran historiador oaxaqueño, don Jorge Fernando Iturribarría – “¡Guadalupe Victoria! ¡Gracias a su arrojo había alcanzado la victoria en los llanos de Guadalupe!”
Aquel día, quedó olvidado en añosos anales militares José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, nacido en Durango, y se inscribió en la historia patria, el nombre de Guadalupe Victoria, futuro primer presidente de México, nacido en Oaxaca.
Edición: Fernando Sierra