Opinión
La Jornada Maya
03/01/2025 | Mérida, Yucatán
En la tradición popular, las cabañuelas se utilizan para prever el clima de los meses venideros. En política, los primeros días del año suelen ser igual de reveladores para anticipar las tendencias que dominarán la agenda. Este 2025 no es la excepción: desde los cambios de liderazgos internacionales hasta los ajustes económicos y sociales en México, los indicios están a la vista, marcando un inicio de año que será crucial para trazar el rumbo de los meses por venir.
A nivel global, la inminente toma de posesión de Donald Trump, tras su regreso al poder, promete ser un parteaguas. Su retorno plantea interrogantes sobre el impacto en la economía mundial, las relaciones bilaterales y la estabilidad geopolítica. Para México, la relación con el vecino del Norte siempre es decisiva, y este nuevo capítulo no será diferente, particularmente en temas como comercio, migración y seguridad fronteriza.
Estados Unidos, sin embargo, comenzó el año con un mal augurio: un atentado en Nueva Orleans cobró la vida de varios inocentes, mientras que en Las Vegas, un Tesla incendiado a las puertas del hotel del próximo presidente dejó un muerto en circunstancias que aún están bajo investigación. Estos eventos han generado un clima de incertidumbre en el inicio de lo que ya parece ser un año complejo en materia de seguridad pública y confianza ciudadana.
En el ámbito nacional, el Congreso de la Unión entra en una etapa donde los objetivos legislativos que se definan serán determinantes. Entre ellos, la regulación de impuestos y los estímulos fiscales ocuparán un lugar central. La controversia en torno al incremento del IEPS y su repercusión en los precios de los combustibles ya comienza a despertar descontento. Este malestar ciudadano, si no se atiende oportunamente, podría derivar en manifestaciones y presionar a los legisladores a reconsiderar las prioridades económicas.
Por otro lado, las respuestas de la ciudadanía a estas alzas fiscales también serán indicativas. En Yucatán, los descuentos en el impuesto predial y las exenciones en trámites como licencias buscan mitigar el golpe, pero el mensaje es claro: el gobierno enfrenta el desafío de equilibrar sus necesidades recaudatorias con la empatía hacia los sectores más vulnerables.
En estas “cabañuelas políticas”, los gobiernos locales y federales están ante una oportunidad de sentar bases sólidas para el resto del año. Las decisiones tomadas en este enero, junto con las reacciones sociales, marcarán la pauta para 2025. Lo que hoy parece una brisa puede convertirse en tormenta si no se atienden las señales a tiempo.
La política, como el clima, es impredecible, pero las señales iniciales suelen ser claras para quienes saben observarlas. Este inicio de año es la primera hoja de un calendario que, sin duda, definirá el futuro inmediato. Resta por ver si los actores políticos sabrán leer las cabañuelas o si, como muchas veces ocurre, quedarán atrapados en el ojo del huracán.
Edición: Ana Ordaz