de

del

Se acabó la farsa

Rodrigo Rubio Barthell recorrió un largo camino para descubrir talentos que nunca imaginó
Foto: Margarita Robleda Moguel

Rodrigo Rubio Barthell recorrió un largo camino para descubrir talentos que nunca imaginó. 

Por influencia de su padre, escritor de sonetos, se inició en el arte de la declamación y a los 15 años, la noche del Grito de Independencia en la Plaza Grande, recitó El Credo de Ricardo López Méndez, poesía que le cambió la vida. Esa noche consiguió su propio programa de radio en la XERRF, que le permitió, en 1972 proyectar su visión de los Juegos Olímpicos desde el centro de comunicaciones en Alemania. 

Con el tiempo, se presentaron oportunidades para transformarse en empresario y al cabo de muchos años, cosechar suficientes frutos para plantearse. ¿Esto es todo? 

Comenzó a colarse en la cocina a curiosear la fusión de alimentos. Imagino que la cocinera se sintió invadida, por lo que decidió construir una cocina para investigar y con los descubrimientos invitaba a los amigos de toda la vida para agasajarlos. Después vino la inquietud por la arquitectura, y compró una vieja casa en el barrio de San Sebastián que transformó en una hermosa residencia que fue vistiendo con el gusto de las antigüedades que llegó con el proceso. 

Los viajes surgieron en algún punto y comenzó a recorrer mundo. Supe qué en un verano, intercambió su casa de la playa con un palacete en la campiña europea. Mariana, la mejor cómplice de aventuras que pudo tener, viendo lo “amarrado” que se encontraba por la pandemia, le regaló un hermoso cuaderno para que escribiera sus recuerdos juveniles, ya que a Rodrigo, poseedor de una chispa muy especial, siempre le preguntaban sus amigos: ¿cuándo vas a escribirlas?

Con el apoyo de la editora Eugenia Montalván, Rodrigo logró ordenar el chubasco de anécdotas, cuidando de no atropellar a nadie, con el título que nos explica su búsqueda: Se acabó la farsa, que presentó en la FILEY. Después la fotografía lo encandiló y presentó una novedosa exhibición en San Antonio Cucul.

Conforme el tiempo pasaba, Rodrigo se sentía más cómodo en Santiago disfrutando la puesta de sol junto con los mejores salbutes de la ciudad. Si no cocinaba, ya conocía los talentos culinarios de todos los locatarios del mercado para pedir le mandaran la comida. Sí lo hace, conoce a los mejores verduleros y carniceros para elegir todo fresco como hacen los chefs que se respetan.

Pues resulta que con la pandemia se apagaron muchas cosas, entre ellas los festejos a San Sebastián, pero este año, sus nuevos amigos decidieron invitar a Rodrigo a ser el presidente de la fundación del nuevo gremio. 

“Hola, te invito el próximo jueves 16 de este mes de enero a las seis de la tarde, a la fundación del nuevo gremio de locatarios del Mercado y vecinos anexos del barrio mágico de San Sebastián. Esto se hará con motivo de la festividad del santo patrono del barrio. El punto de reunión será en el mercado de San Sebastián, desde donde haremos una corta procesión alrededor del gran parque del barrio para entrar en la iglesia y asistir a la misa de siete, después habrá una breve sesión de poesías sobre el tema y una jarana regional”.                             

Y por supuesto, se hizo con todas las de la ley. Mandó a bordar el estandarte, llegó la banda de guerra para encabezar la procesión, después, en moto, algunos locatarios con camiseta alusiva, detrás, Rodrigo hijo, guapo y muy bien plantado con el estandarte, acompañado de la familia Rubio Cámara, mientras los voladores avisaban al barrio que estaban de fiesta. Detrás los nuevos amigos y los de toda la vida que, sin entender muy bien esta nueva etapa, cruzaron la ciudad para acompañarlo con el mismo cariño de siempre. 

La iglesia, bastante concurrida, estaba resplandeciente, recién pintada para festejar al santo patrón. Afuera, lleno también por quienes llegaron temprano para “agarrar silla”. Muchas mujeres vestidas con su terno, regalaban enormes sonrisas de orgullo y satisfacción de sentirse parte de la comunidad.

En este mundo de inteligencia artificial, que ya comenzó a desechar personal en las empresas y terminará controlándonos; de indiferencia ante el dolor humano, de lucha voraz por el poder, Rodrigo Rubio Barthell es como un vaso de agua de lluvia fresca que nos recuerda la importancia de que, sin importar el qué dirán, toca encontrar el sentido de la vida, porque “se acabó la farsa”.


Lea, de la misma autora: Propósitos para el 2025

Edición: Fernando Sierra


Lo más reciente

El neoliberalismo y sus falsas promesas

La Resaca 2.0

Normando Medina Castro

El neoliberalismo y sus falsas promesas

Reservas para Pemex, y el país

Editorial

La Jornada Maya

Reservas para Pemex, y el país

Desentrañando una verdadera problemática ambiental

En Yucatán, el debate sobre los recursos hídricos se centra en la contaminación del manto acuífero

La Jornada Maya

Desentrañando una verdadera problemática ambiental

Galardonan a AICM por ser el tercer aeropuerto más puntual a nivel mundial

Francisco Escamilla, oficial mayor de la Semar, expuso que el galardón es resultado de dos años de trabajo

La Jornada

Galardonan a AICM por ser el tercer aeropuerto más puntual a nivel mundial