Opinión
Francisco J. Rosado May
07/04/2025 | Mérida, Yucatán
Es un hecho consumado y noticia conocida a nivel mundial. Estados Unidos anunció la semana pasada el porcentaje de aranceles que aplicará a los diferentes países. Con la protección del TMEC,
México no entró en la lista de países, pero no evitó los aranceles al aluminio, acero y partes automotrices que no están cubiertos por el TMEC. La respuesta de los países ha sido diversa.
Por ejemplo, China, quien recibe un arancel del 54 por ciento en total, ya anunció la aplicación del 34 por ciento de aranceles a diversos productos de Estados Unidos, como el pollo. La Unión Europea y Canadá han anunciado que pronto establecerán aranceles también. Otros países están valorando no aplicar el principio de arancel por arancel pero se están preparando para negociar una reducción de los que les impusieron y, a la vez, ajustar sus políticas, internas y externas, así como modificar las cadenas de valor de sus productos para mitigar el efecto norteamericano.
Varios medios han descrito la situación como una guerra comercial que desembocará en un nuevo orden mundial y la reagrupación de países. En nuestro caso, existe la posibilidad de que Canadá salga del TMEC y se integre a la Unión Europea. Se sabe que el gobierno de Estados Unidos no está contento con el actual TMEC, pero no se tiene certeza de cómo sería la renegociación. ¿Y si México no acepta las nuevas condiciones? ¿Con qué países hará nuevas alianzas?
México reaccionó a los aranceles relanzando el Plan Nacional de Desarrollo, estableciendo 18 objetivos estratégicos. El número 2, tan sólo después del fortalecimiento del mercado interno y el salario, se refiere a aumentar la soberanía alimentaria, motivo de esta entrega. Es cierto, hace falta conocer los detalles, pero asumiendo que la intención es buena, no está de más conocer otras experiencias.
La semana pasada se llevó a cabo una reunión en Hanoi de la organización The Transformative Partnership Platform for Agroecology (TPP). No fue coincidencia que la sede haya sido Vietnam. Los países del sudeste de Asia: Vietnam, Laos, Camboya, Tailandia, Filipinas, Indonesia, Myanmar, Brunei y Malasia, se organizaron bajo el nombre de ASEA. Estos países midieron el riesgo ambiental y social de sus sistemas alimentarios y concluyeron que deben transformarlos bajo esquemas de sostenibilidad. Para ello decidieron adoptar seriamente el enfoque agroecológico, al grado que han avanzado mucho en la implementación de políticas públicas y adoptado principios de agroecología para guiar sus procesos internos de transformación de sus sistemas alimentarios (ver www.aseanaetguidelines.org). El grupo de expertos que congregó TPP en Hanói ofreció experiencias y conocimientos que los países de ASEA recibieron con agrado y entusiasmo.
Algunos ejemplos de aranceles que le aplicaron a países del sudeste asiático son: Vietnam, 46 por ciento; Tailandia, 36 por ciento; Malasia, 24 por ciento; Indonesia, 32 por ciento, Filipinas, 17 por ciento, Camboya, uno de los países más pobres del área, 49 por ciento. En conjunto, la población de países del sudeste de Asia ronda los 500 millones. Está en juego tanto lo económico como la alimentación de la población, y, por supuesto, su desarrollo. Un enorme reto, que a la vez señala la confianza en la agroecología para atender la alimentación de la población y para cuidar el ambiente, el tejido social, el desarrollo económico.
No sería mala idea que el objetivo de soberanía alimentaria, asumiendo que se define en forma adecuada, descanse en una verdadera transformación de al menos 60 por ciento, en este sexenio, de los sistemas alimentarios en México, incluyendo pequeños, medianos y grandes productores, con un enfoque agroecológico.
¿Por qué no pensar en acercarnos, como país, al TPP?
Es cuanto.
Edición: Fernando Sierra