“Los contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años”, dijo Trump en declaraciones en la Casa Blanca. “Pero eso ya no va a suceder más”.
Los nuevos aranceles, que se aplican en el marco del "Día de la Liberación", que Trump ha denominado, buscan impulsar la manufactura estadunidense y castigar a otros países.
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Por lo que, según él, son años de prácticas comerciales desleales. El presidente de Estados Unidos informó que a medianoche del este mismo día entrará en vigor los aranceles de 25 por ciento a la industria automotriz.
“Es nuestra declaración de independencia económica”, dijo Trump al anunciar los aranceles. “Durante años, los ciudadanos estadonidenses trabajadores se vieron obligados a no hacer nada mientras otras naciones se enriquecían y se volvían poderosas, en gran parte a costa nuestra. Pero ahora nos toca prosperar”.
Trump invitó a Brian Pannebecker, un trabajador automotriz retirado que participó en la Convención Nacional Republicana, a hablar brevemente en su conferencia de prensa en la Casa Blanca sobre aranceles: “Toda mi vida he visto cerrarse planta tras planta”, dijo Pannebecker.
El mandatario ha prometido que los empleos manufactureros regresarán a Estados Unidos como resultado de los impuestos, pero sus políticas corren el riesgo de causar una desaceleración económica repentina, ya que los consumidores y las empresas podrían enfrentar fuertes aumentos de precios en automóviles, ropa y otros bienes.
Ninguna de las señales de advertencia sobre un mercado de valores en picada o que el sentimiento del consumidor se haya vuelto sombrío ha hecho que el gobierno dude públicamente de su estrategia.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, ha indicado que los nuevos aranceles recaudarán 600 mil millones de dólares anualmente, lo que sería el mayor aumento de impuestos desde la Segunda Guerra Mundial. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, señaló a los legisladores que los aranceles serían limitados y podrían ser negociados a la baja por otros países, según la oficina del representante Kevin Hern.
Es casi seguro que los importadores transfieran parte del costo de los impuestos a los consumidores. El Laboratorio de Presupuesto de la Universidad de Yale estima que un arancel universal del 20 por ciento costaría al hogar promedio entre 3 mil 400 y 4 mil 200 dólares adicionales.
La premisa del gobierno republicano es que los fabricantes aumentarán rápidamente la producción nacional y crearán nuevos empleos en fábricas.
Basándose en la posibilidad de aranceles amplios del 20 por ciento que han sido planteados por algunos asesores de la Casa Blanca, la mayoría de los análisis ven una economía trabada por precios más altos y estancamiento. El crecimiento económico de Estados Unidos, medido por el producto interno bruto, sería aproximadamente un punto porcentual más bajo, y la ropa, el petróleo, los automóviles, la vivienda, los comestibles e incluso los seguros costarían más, según el análisis del Laboratorio de Presupuesto.
Trump estaría aplicando estos aranceles de manera unilateral, ya que tiene formas de hacerlo legalmente sin la aprobación del Congreso. Eso facilita que los legisladores y los responsables de políticas demócratas critiquen al gobierno republicano si la incertidumbre expresada por las empresas y el sentimiento del consumidor en declive son, de hecho, señales de problemas por venir.
Heather Boushey, quien fue miembro del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca del ex presidente Joe Biden, señaló que los aranceles menos agresivos que Trump impuso durante su primer mandato no lograron provocar el renacimiento manufacturero que prometió a los votantes.
“No estamos viendo indicios del auge que el presidente prometió”, dijo Boushey. “Es una estrategia fallida”.
La representante demócrata Suzan DelBene dijo que los aranceles son “parte del caos y la disfunción” que se está generando en el gobierno de Trump. DelBene enfatizó que Trump no debería tener la autoridad exclusiva para aumentar los impuestos como pretende sin obtener la aprobación de los legisladores, y señaló que hasta ahora los republicanos han sido “ciegamente leales”.
Los socios comerciales tradicionales están preparando sus propias contramedidas. Canadá ya ha impuesto algunas en respuesta a los aranceles del 25 por ciento que Trump vinculó al tráfico de fentanilo. En respuesta a los aranceles sobre el acero y el aluminio, la UE impuso aranceles sobre bienes estadunidenses por valor de 26 mil millones de euros (28 mil millones de dólares estadunidenses), incluyendo el bourbon,
lo que llevó a Trump a amenazar con un arancel del 200 por ciento sobre el alcohol europeo.