En los últimos años el contacto con maestros y maestras comprometidos recuperan y alimentan mi esperanza. Ahora más que nunca urge despertar de la vida entretenida y consumista en la que nos quieren sumergir, para comprender la trascendencia del quehacer docente que, junto con el compromiso de los padres y quienes amamos a los niños y a las niñas, permitirá enfrentar los retos que se avecinan.
“Educación, para la mayoría de la gente, significa tratar de llevar al niño a parecerse al adulto típico de su sociedad, pero para mí, la educación significa hacer creadores” — Jean Piaget.
Me sorprenden los videos que nos llegan de China con pequeños de Jardines de Niños realizando actividades de adultos como lavar, cocinar, bordar, carpintería, etc. Al principio me encantó ver las capacidades de los pequeños en contraste con la de nuestros chiquitos, quizá sobreprotegidos. Luego me llené de preguntas: ¿De qué se trata? Comprendo que en ese país tienen que promover proveedores de arroz a más de mil 300 millones de habitantes, por lo que algunos de estos, desde chicos, ¿estarán destinados a servir a los que irán a la universidad?
“La educación no es preparación para la vida; es la vida misma”. — John Dewey.
Aunque claro, junto con las materias tradicionales, habría que capacitarlos para la vida. Siempre he pensado que los jóvenes al salir de prepa tendrían que tener un oficio que les propicie el “chivo”. Salen desarmados, sin saber hacer nada. Me pregunto si esas becas que les dan para estudiar, vienen con asesoría para que el recurso no se diluya en otros menesteres, como cambiar de celular.
El sentido educativo escolar es generar otras posibilidades de lo humano”. — Inés Dussel
Con la vida cada vez más tecnológica, urge tener claro la importancia de enseñar maneras humanas. Promover la empatía, la conciencia del otro como un semejante al que hay que respetar y apoyar. Aprender a trabajar en equipo, a conocer nuestros talentos y retos por trabajar; a compartir, en lugar de competir que, a veces, terminan en guerras de poder.
“La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo” — Paulo Freire.
Antes elegíamos una carrera y la ejercíamos, nos gustara o no, hasta llegar al final. Todos tenemos historias de maestros que nos lastimaron esperando su liquidación, sin entender que vivir esperando la jubilación, solo te hace vivir anticipadamente ésta. Si tú docencia no es para cambiar vidas, si lo tuyo no es generar: “a otra cosa mariposa”; toca atreverse a luchar por tus sueños, a darle vida a los años que te quedan. Lo otro es hacer tiempo mientras llega la carroza, atropellando a los demás.
“El niño no es bueno ni malo por naturaleza, sino que es la educación la que decide este aspecto” — Antón Makarenko.
No podemos trabajar por expectativas, como los papás que invierten y presionan para tener hijos exitosos. En Japón, en 2024 se registró un récord de 529 suicidios entre estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria. Las principales causas están relacionadas con factores estresantes con la escuela, como el bajo rendimiento académico, los conflictos con los compañeros y 51 por ciento con la ansiedad por entrar a las más prestigiosas universidades. ¿Alguien les habla de ser felices?
No pueden faltar: “La educación es el arte de ayudar a cada individuo a manifestar lo mejor de sí mismo” — Rudolf Steiner, y las palabras sabias de María Montessori: “Esta es nuestra obligación hacia el niño: darle un rayo de luz y seguir nuestro camino”. Añadiría: Para que fortalezca sus alas.
“El fin de la educación no es otro que ayudar al niño al desenvolvimiento de sus potencialidades. — Adolphe Ferrière
Queridos Maestros: Con motivo del 15 de mayo, quise sacar a orear a los grandes maestros de la educación para recordarnos la trascendencia de nuestra vocación. La vida se complicará con la expansión de la Inteligencia Artificial. Urge reinventarnos y prepararnos siempre, para disfrutar las ventajas, sin dejar de ser humanos. ¡Contamos contigo!
“Lo que está en juego en la educación es el mundo” — Jorge Larrosa.
Edición: Fernando Sierra