Opinión
Jorge Caballero
18/06/2025 | Mérida, Yucatán
El colaborador de esta casa editorial Carlos Bonfil Santana, parte esencial, desde hace más de tres décadas, de la crítica cinematográfica de largo aliento, murió en la ciudad de México a la edad de 72 años a causa del cáncer de páncreas que padecía.
Carlos Bonfil realizó estudios de literatura francesa en la Universidad Sorbona de París y de traducción en Paris Dauphine X. Además fue profesor de letras francesas en la Universidad Nacional Autónoma de México y posteriormente se inició en el periodismo cultural en La Jornada.
Desde hace 35 años publica su crítica cinematográfica dominical, primero en la sección de Cultura y posteriormente en Espectáculo en la La Jornada, donde también editó el suplemento Letra S, salud, sexualidad y sida.
Su trabajo como crítico lo llevó a cubrir los festivales más importantes de cine alrededor del mundo y, por supuesto, los domésticos como el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y el Festival Internacional de Cine de Morelia, del cual fue fundador y asesor de la programación, entre otros muchos.
En 2012 recibió el Premio Guerrero de Oro al Mérito Periodístico, que otorga la Red de Prensa Cinematográfica de México.
Colaboró regularmente para la International Film Guide, y es autor de los libros Águila o sol, las apariciones de Cantinflas y El cartel cinematográfico en México y en colaboración con Carlos Monsiváis, del estudio A través del espejo: el cine mexicano y su público.
Para el crítico Leonardo García Tsao, la muerte de Bonfil: “Lamentablemente pues se va un gran amigo. La crítica cinematográfica mexicana pierde a uno de sus grandes elementos.”
García Tsao y Carlos Bonfil compartieron espacio en las páginas de esta sección, Leonardo recordó: “La noticia me dejó en shock, Carlos era muy responsable con su trabajo, hacia su trabajo, era un buen compañero. Había un acuerdo tácito entre los dos: cuando él escribía de una película yo ya no la repetía y viceversa si yo escribía de una película él ya no la criticaba. Entonces así podríamos informar mejor en el periódico”.
Arlos Bonfil también fue jurado de la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara, 2002, colaborador en la selección de películas para las dos primeras ediciones del Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (FICCO, 2004 y 2005), jurado en la tercera edición (2006) del mismo festival.
Para el escritor, cineasta y docente Raúl Criollo la muerte de su par: “Carlos Bonfil representa una línea aguda y profunda de la crítica. Capaz de adentrarse en territorios que estaban fuera de las muestras y el Cine Club tradicional. Tenía un cuidado perfeccionista por los antecedentes históricos o las líneas estéticas del filme específico sobre el que tenía que escribir. En una junta editorial para la revista CAMBIO tuve mi intercambio más largo con él sobre títulos, formato de las fichas y cómo se abordaría para los espacios de reseña cinematográfica”.
Además Criollo recordó: “Me acuerdo de la elegancia con que destripó una cinta mexicana durante su estreno en un festival en Acapulco. Cenamos con Rafa Aviña y bromeamos diciendo que había dicho todo en un lenguaje tan alto que el director no se había enterado que no había elogio en sus comentarios. En un espacio cada vez más plagado de lecturas simples y ‘críticos’ preocupados por su relación con las compañías y los likes, voces como las de Bonfil ensanchan su importancia y ahora, tristemente, su silencio”.
Además de sus crítica dominical semanal en La Jornada su educada mirada lo llevó a colaborar en diversas magazines nacionales y extranjeras.Otros de sus ejemplares que realizó fueron: A través del espejo: el cine mexicano y su público (en co-autoría con Carlos Monsiváis, Ediciones El milagro/Imcine, 1994); coordinador del libro Hoy grandioso estreno, el cartel cinematográfico en México (Conaculta, 2011); y autor de Al filo del abismo, Roberto Gavaldón y el melodrama negro (Secretaría de Cultura, 2016).
Carlos Bonfil también colaboró en las revistas Cinémas d’Amérique Latine (Presses Universitaires du Mirail. Toulouse); Ensayo para catálogo exposición Mexique-Europe (Allers-retours 1910-1960), Musée d’art moderne, Lille Métropole, Editions Cercle d’Art, Paris, 2004; Ensayo para catálogo Muestra México en Cine, Autori e tendenze del cinema indipendente, Bologna, Italia, abril 2007. La edad de oro del cine surrealista, para el catálogo El ojo y sus narrativas, INBA, Conaculta, 2012. Ha sido jurado en la Muestra de Cine Mexicano, Guadalajara, 2002, el Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (Ficco, 2006), el Festival de Cine en Lima PUCP (2017), el Festival Internacional de Cine de Morelia (2013), y en Rencontres Internationales du Documentaire (Montréal, 2018).
El crítico Alan Rodríguez, amigo y alumno espiritual de Carlos Bonfil su deceso: “La crítica cinematográfica mexicana sufre una tremenda pérdida con la partida de Carlos Bonfil. Primero, porque formó parte de una generación de críticos cada vez más extinta, una generación de verdad informada y conocedora. Sobre todo, perdemos a alguien que con su trabajo dio ejemplo de la importancia de una tarea primordial para la cinefilia y la cultura cinematográfica de cualquier país: la interpretación de la películas para la gente”.
Carlos Bonfil siempre presumió de su gusto por el séptimo arte desde su infancia y su conocimiento por las grandes salas de cine del primer cuadro de la ciudad: París, Teresa, El Monumental, El Edén, el Odeón, el Chapultepec, el Goya, Palacio Chino y el Real Cinema, “una época y un México que ya se nos fue” confesó alguna vez.
Para el doctor Juan Solís, otro de los alumnos espirituales y después carnales de Carlos Bonfil, mencionó: “En un contexto en el que la comentocracia o la más burda publicidad han venido imponiéndose a la crítica cinematográfica seria e informada, la presencia de Carlos Bonfil legitimaba el papel del crítico de cine como guía y traductor, como opinión de peso a la hora de juzgar una película”.
Para el historiador de arte, Juan Solís agrega: “Bonfil fue heredero de la crítica de finales de los sesenta, Bonfil hacía alarde de estrategias que enmarcan a las cintas en un contexto específico sin renunciar al análisis formal. Todo enmarcado en una redacción amable y precisa”.
Otras de las publicaciones donde Carlos Bonfil fue colaborador figuran; Cine Premiere, La Tempestad, Toma y Letras Libres, con la International Film Guide y con el Canal 22 de la Ciudad de México.
Precisamente el editor de una de ellas, Toma, Sergio Raúl López comentó: “Carlos justamente tuvo una vida pública: era un asiduo asistente a las ruedas de prensa para reporteros —que los críticos cinematográficos suelen despreciar o mirar de soslayo—, bien fueran los ciclos de la Cineteca Nacional como la Muestra, el Foro o Talento Emergente, de los cuales era probablemente el único en reseñar de manera integral, ya que solía ser afectó no sólo a redactar su ensayística en la intimidad de su estudio sino en emerger al exterior y mantenerse como un activo integrante de la comunidad fílmica. Un académico que gustaba de mezclarse con los cinéfilos y con la fuente cinematográfica dada su bonhomía y su preclara sencillez”.
Carlos Bonfil será velado hoy jueves en la funeraria Gayosso Sullivan, “curiosamente coincide con el aniversario luctuoso de Carlos Monsiváis”.
Edición: Fernando Sierra