Opinión
La Jornada Maya
17/08/2025 | Mérida, Yucatán
Entre el 21 de agosto y el 28 de noviembre de 2024 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizo el levantamiento de la Encuesta Nacional del ingreso y gasto de los Hogares (ENIGH) en Yucatán, la cual proporciona un panorama estadístico sobre cuáles son las principales fuentes de ingreso de los yucatecos y en que gastan dichos recursos.
Los resultados de la encuesta fueron dados a conocer el pasado 30 de Julio en donde destacan las siguientes características:
En Yucatán el tamaño de los hogares está conformado por 3.22 personas en promedio, 63 de cada 100 hogares tienen como principal fuente de ingreso el trabajo, con un promedio trimestral de 42,183 pesos para aquellos que realizan un trabajo subordinado, 5,946 para los trabajos independientes y 1,956 pesos en promedio trimestral para los que realizan otro tipo de trabajo lo cual representa un avance de del 19.8 por ciento en los ingresos respecto de los de 2022.
Es de destacar que, la segunda fuente de ingresos de los hogares en el estado se realiza por transferencias ya que 20 de cada 100 pesos ingresan por esta vía, acentuando en las trasferencias por jubilaciones provenientes de cooperativas, sociedades y empresas que funcionan como sociedades, los cuales reciben un promedio trimestral de 7,364 pesos. El segundo lugar respecto a los ingresos recibidos por transferencias lo ocupa los beneficios provenientes de programas gubernamentales con un promedio trimestral de 2,917 pesos por hogar, los ingresos provenientes de otros países a través de las transferencias son de 199 pesos por trimestre, mientras que las becas de gobierno e instituciones aportan solo 110 pesos en promedio trimestral.
La enorme brecha de desigualdad, respecto a la distribución del ingreso en México, se deja ver con toda claridad cuando se observan los datos en estados como Yucatán, sobre todo cuando se comparan los extremos, mientas que el diez por ciento de los hogares que recibe menores ingresos alcanza un ingreso promedio trimestral de 18 mil 805 pesos, es decir 89 pesos diarios por persona perceptora, el 10 por ciento de los hogares con mayores ingresos percibe 245,315 pesos lo que implica un promedio diario por persona de 1,159 pesos; esta misma brecha en el ingreso se observa en los datos según el sexo, siendo los hombres entre 40 y 49 años los que perciben mayores ingresos: 45,676 pesos comparados con las mujeres de la misma edad las cuales perciben 30,846 pesos trimestrales.
Cuando se realiza la comparación del ingreso promedio trimestral en los hogares por entidad federativa, el estado de Yucatán se encuentra posicionado en el lugar 14 percibiendo 79 mil 972 pesos. Apenas por arriba del ingreso promedio de nacional de 77 mil 864 pesos, muy por debajo de Nuevo León con 117 mil 34 pesos de ingreso promedio trimestral, pero muy por encima de los 41 mil 84 pesos de ingreso que tiene del estado de Chiapas.
En contraparte, Yucatán se ubica en onceavo lugar entre los estados de la república con un gasto de 51 mil 255 pesos en promedio trimestral, siendo en alimentos, bebidas y tabaco en que gastan 40 de cada cien pesos de su ingreso, 22 de cada cien lo utilizan para transporte, mantenimiento accesorios y servicios para vehículos y comunicaciones y 10 pesos de esos mismos cien lo gastan en servicios de educación, artículos educativos, artículos de esparcimiento y otros gastos de esparcimiento.
Los datos muestran en lo general, una recuperación en el ingreso en los hogares de México, muy probablemente como consecuencia de la política social impulsada en los últimos siete años, sobre todo en lo que respecta al aumento gradual de los salarios y las transferencias públicas en programas sociales.
Desde la óptica de la gobernanza, la información de la ENIGH es más que un retrato estadístico: es una herramienta para diseñar y evaluar políticas públicas. Enfrentar las desigualdades que muestran estos datos requiere coordinación interinstitucional, políticas focalizadas y rendición de cuentas claras, asegurando que cada peso invertido tenga un impacto medible en el bienestar de las personas. Al mismo tiempo, nos recuerda que gobernar bien no es solo administrar recursos, sino transformar realidades. Con voluntad política, participación ciudadana y uso inteligente de la información, es posible cerrar las brechas de ingreso y construir un Yucatán más equitativo, donde cada hogar tenga las mismas oportunidades para prosperar.
Edición: Fernando Sierra