Opinión
Felipe Escalante Tió
13/11/2025 | Mérida, Yucatán
Mucho se ha dicho del “borrado” de las mujeres en la historia, particularmente en los campos de la ciencia, la literatura y las artes. Sin embargo, precisamente en esta última área es que resulta sumamente complicado identificar a las obras con sus creadores dada la popularidad del uso de seudónimos.
Es cierto que esta práctica resulta hasta necesaria cuando se trata de competencias en las que existe un jurado y se quiere eliminar cualquier sospecha de favoritismo hacia algún participante. Sin embargo, hay quienes toda su vida han firmado sus obras con un alter ego o que adoptan un nombre artístico que, no en pocas ocasiones, termina por imponerse sobre el real, al grado que muy pocas personas terminan convencidas de que autor y firmante son individuos diferentes.
Y en ocasiones, lo que ha quedado atrás es un indicio muy pequeño acerca de verdaderos artistas, como es ahora el caso.
Entre 1943 y 1944, el semanario La Caricatura incluyó, en su última página, la leyenda de “El enano de Uxmal” en formato de tira cómica. Esto no era cosa menor, y aunque en Yucatán ya se habían dado intentos de elaborar historieta por lo menos desde 1860 (hay un ejemplo en el semanario La Burla que podría adscribirse a ese arte), al igual que en publicaciones de principios del siglo XX, como El Padre Clarencio. En la década de 1930, el Diario del Sureste incluyó en sus páginas historietas realizadas por dibujantes yucatecos, aunque tuvieron una vida breve porque esta publicación optó por los servicios de sindicación (agencias de distribución como King Features), lo que dejó sin trabajo a quienes habían incursionado en el cómic.
Pero en septiembre de 1943, apareció una muy pequeña nota en La Caricatura, anunciando que la publicación contaría con una nueva colaboradora a partir de su siguiente número. Ahora, los redactores del semanario -y aquí es necesario subrayar que desde su fundación se trató de un equipo completamente masculino -les resultaba un placer manifestar “a nuestros miles de lectores” que se incorporaría “la inteligente dibujante, señorita María del Socorro Flores, quien, con el seudónimo BERTHA, nos presentará la emocionante leyenda maya ‘EL ENANO DE UXMAL’, misma que publicaremos foto-litografiada a colores en estas páginas para deleite y enseñanza de chicos y grandes”.
Y en efecto, la promesa era publicar esta famosa leyenda en 30 entregas, que aparecieron semanalmente -con excepción del número de año nuevo de 1944 -en la contraportada del semanario; es decir, el segundo lugar más visible de cada entrega.
También cabe aclarar que esa misma leyenda se había publicado en el Diario del Sureste, siguiendo el relato del poeta Luis Rosado Vega, pero María del Socorro Flores/BERTHA incursionó también en la elaboración del guión de la historieta, respetando la narración pero haciendo propios los diálogos entre los personajes. Resulta notorio también su dominio del lenguaje de la tira cómica, pues consigue evitar muchos de los errores en los que suelen caer quienes realizan estas ilustraciones, como dibujar a los personajes y sus globos de diálogo en orden distinto al de lectura. La publicación nunca lo mencionó, y posiblemente no les pareció algo importante, pero con toda seguridad se encontraban ante una de las primeras mujeres historietistas en México.
Por otra parte, también es notorio que en La Caricatura quisieron presumir el talento de BERTHA con lo que tuvieron a su alcance. La litografía tenía varios años de estar considerada como una técnica de impresión superada por los avances tecnológicos, pero al combinarla con la fotografía, se consiguió un tono oscuro, con colores difuminados y detalles en los fondos y facciones de los personajes. Esto se logró seguramente con la colaboración de la Fotografía Guerra, empresa que anunciaba en ese semanario que podía realizar fotograbados.
Finalmente, el semanario distinguió a María del Socorro de los demás dibujantes, como Pedro Vadillo Bojorquez y Alonso Rejón Montalvo, llamándola “simpática émula de Mr. Disney”, aunque esta referencia llama la atención porque el estilo de BERTHA no coincide con la estética que para entonces seguía la casa de Mickey Mouse y el pato Donald. Tendríamos que suponer que se debe a la popularidad que para entonces tenían las historietas de estos personajes.
“El Enano de Uxmal” apareció entre el 18 de septiembre de 1943 y el 29 de abril de 1944. Lamentablemente, María del Socorro Flores no regresó a La Caricatura como historietista, a la que entró “gracias a la gentileza de nuestro no menos amigo ni menos dibujante señor Héctor Esparza”. Este ilustrador no era de los regulares en el semanario, sino que se dedicaba al dibujo comercial, en el cual BERTHA debió desempeñarse, volviéndose anónima como muchos de quienes han ejercido esa profesión; pero eso es materia de otros análisis.
Edición: Estefanía Cardeña