Opinión
Edgar Fernando Cruz
09/12/2025 | Mérida, Yucatán
El panorama mediático en México se ha vuelto, paradójicamente, un ejercicio de confusión y comicidad involuntaria. Leo a columnistas y escucho a comentaristas de radio que, ante el inminente y profundo cambio de régimen político, han extraviado el sentido crítico o, peor aún, han caído con facilidad en la ignominia.
En su mundo editorial, todo está mal, se ha vuelto cómico. Escriben con el hígado, llevando el debate a la desinformación en un tono de escándalo propio de los medios electrónicos y las "noticias show". No tengo duda de que existe una lucha por el poder y los medios de comunicación empresariales responden a sus propios intereses, pero en el proceso pierden credibilidad y solo ganan rating por el espectáculo diario de debates y editoriales vacías y vulgares. Cuanto más viscerales, más caricaturescos se vuelven.
El discurso de la descalificación
El argumento constante de que México es autoritario y dictatorial se utiliza para denostar cualquier aspecto positivo en medio de la crisis, sin lograr aclarar con datos reales lo negativo de las acciones gubernamentales. Este periodismo ha perdido la objetividad crítica defendiendo sus propios intereses, haciendo de las notas y columnas una mercancía al servicio de aquellos que se inclinan por el proyecto del liberalismo económico donde el mercado manda y se regula solo. Un proyecto que en México ha dejado millones de trabajadores pobres y explotados, mientras la riqueza concentrada duerme en pocas cuentas.
La realidad numérica, sin embargo, es contundente y le pasa por encima a este discurso. Pese a las críticas, la aprobación de quien nos gobierna está por encima del 70 por ciento. Esto significa, aritméticamente, que la oposición puede arrancar con un sólido 30 por ciento del electorado para competir por el poder.
El Fondo del Cambio Ideologico
El cambio político y filosófico en México se está consolidando, más allá de nuestra preferencia individual. Releer la Revolución Francesa ayuda a entender estos fenómenos de cambio ideológico profundo. ¿De qué se trata este cambio?
El fondo del debate es simple: es un programa socioeconómico que busca gobernar para todos y que logre generar desarrollo y movilidad en esta sociedad de consumo. La Cuarta Transformación se aleja del neoliberalismo y se apunta a un sistema teórico cercano a Keynes, donde el Estado tiene mayor control de los medios de producción y agudiza la recaudación de impuestos.
El ideal que persigue nuestra nación desde la Revolución es conformar una gran clase media, donde los pobres sean minoría y la clase alta no ostente la riqueza concentrada que vemos hoy. Este es el desafío central. Los partidos anteriores no lograron abatir la pobreza y, por el contrario, defraudaron a la sociedad envueltos en corrupción y el enriquecimiento de políticos con fuero y trucos a favor de unos cuantos consorcios.
El Desafío de la Oposición
La concentración masiva en el Zócalo para apoyar a la 4T es, por supuesto, una muestra de coordinación de gobierno, corporativismos y acuerdos, eso es verdad. Pero también es verdad que el 70 por ciento o más del electorado está a favor de la transformación. La llamada 4T muestra músculo de convocatoria y coordinación territorial.
El problema de la oposición es que, honestamente, no se sabe con claridad qué y cómo quiere gobernar. Su discurso se ha anclado en la descalificación y la nostalgia del pasado, sin un programa ideológico robusto y construido que funja como un verdadero contrapeso.
La oposición tiene un tercio del electorado garantizado para empezar, pero si no logra articular una visión creíble de futuro, si sigue concentrada en la protesta sin una propuesta de nación sólida que rete a la ideología en el poder, ese 30 por ciento se quedará en una simple minoría reactiva.
El desafío para la democracia mexicana es que el cambio ideológico en curso tenga un adversario fuerte, coordinado y con un proyecto tan grande como el ideal de nación que deseamos: una gran clase media para un México del siglo XXI.
Paso de Gato
Mérida es una plataforma artística, aquí tuvo eco el bolero que nació en Cuba y de aquí se proyectó al mundo. Grandes compositores e intérpretes han nacido y surgido en esta tierra. Su público es exigente y ama la buena música. Con esa lógica presentó en el bar Stelaris del Fiesta Americana este viernes "Heridas", un recorrido por las canciones del despecho en la voz de Denise Lando, Karen Rosales y Yamile Galvan. El sábado, el fenómeno de la interpretación cubana, Yaima Saez, quien viaja por el bolero con su espectáculo "Directo al Corazón". Entradas en TusBoletos.mx. El proyecto apunta a crear un ambiente show bar donde los artistas rebasan el escenario en una experiencia de autentica bohemia. Todo inicia la las 9 y termina a la 1 am con el remate de karen Rosales y su guitarra... la vida nocturna vuelve a Mérida.
Edición: Fernando Sierra
