Pablo A. Cicero Alonzo
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya
Viernes 25 de noviembre, 2016
“Hoy leemos libros sobre ordenadores, tabletas, teléfonos celulares, ¿por qué no hacerlo en una botella?”. Esta es la idea de base que los creativos de la agencia Brand & Product utilizaron para darle una vuelta de tuerca al mundo del vino y la literatura. Después de años de binomio analógico versus digital, ellos proponen éste: analógico versus enológico. En realidad, una experiencia relax, eno-literaria, a la que han puesto de nombre Librottiglia.
Son cuentos para ser degustados-leídos con una copa. Una una colección de tres vinos con sus respectivos tres mini-libros. Cada caldo se ha querido maridar con un género narrativo -una fábula, un romance y un thriller-, creando una nueva y equilibrada experiencia que aúna impresiones sensoriales con escenarios imaginados.
La etiqueta de la botella cumple esa función, pero también es una aventura literaria absorbente ilustrada con pequeñas viñetas. El libro y la botella van unidos con un cordel. Las texturas de la cuerda y del papel no están elegidas al azar; también contribuyen a sublimar el acto multisensorial.
Los vinos de Librottiglia (“libro” y “botella”) son de la bodega Matteo Corregia. La cantante y compositora Laquidara Patrizia es la autora de La rana nella pancia, la fábula que se empareja con la personalidad poco común del Anthos (tinto); L'Omicidio, firmado por el periodista y humorista Danilio Zanelli, misterio con sorna acompañado del espíritu fresco del Roero Arneis (blanco), y Te amo. Dimenticam', de Regina Marques Nadaes, un historia de amor que hace cambiar la vida, que va conjuntada con el rojo rubí intenso del Roero Nebbiolo.
Nuevamente sin ofrecer pruebas, afirmó que tres hombres murieron en el hecho
La Jornada
Autoridades informan que en la entidad hay más de 25 mil tortillerías y sólo tres se adhirieron a la iniciativa federal
La Jornada Maya
El Librobus recorrerá diez municipios de Quintana Roo
Ana Ramírez
Las sucursales dentro de almacenes comerciales y supermercados abrirán al público en sus horarios tradicionales
La Jornada