Carlos Joaquín, sin vallas

Jesús Hernández Martínez
Foto: Raúl Angulo
La Jornada Maya

Martes 11 de octubre, 2016

En Quintana Roo, el gobernador, los presidentes municipales, los diputados de la XV Legislatura, la población y el estado siguen de luna de miel; todo es frases de amor, promesas, aceptación, alegría y optimismo. El apasionamiento no ha sido largo, menos de un mes y todo parece ir bien. Todos hacen votos porque así sea durante todo el sexenio de Carlos Joaquín González y que no surjan, en el corto plazo, los malos entendidos y las interpretaciones equivocadas de las promesas que no se concretarán, sino poco a poco y dentro de las posibilidades financieras de la nueva administración.

El tiempo y el ánimo también contarán; pues, mientras el gobernador dispone de seis años, los presidentes municipales solo de dos y no los tres de las más recientes administraciones. En la capital del estado se notan las ganas de trabajar de los burócratas que siempre han estado al pie del cañón, mientras que los cientos que cobraron mucho tiempo sin trabajar ya fueron eliminados de la nómina del Congreso, la administración municipal y la administración estatal. Los aviadores y quienes esperaban ocupar un puesto público y no han sido llamados, son los únicos inconformes; pero, Joaquín González ya confirmó que una propuesta de su administración es eliminar del gobierno la corrupción y la deshonestidad.

Una de las medidas que más aplaude la población es la que fija que el gobernador no es un personaje inalcanzable; pasaron a la historia las vallas de acero en que se encerraba el anterior jefe del Ejecutivo en todos los eventos a los que acudía y también dejaron de colocarse esas vallas, en torno al edificio del Congreso y el palacio de gobierno. La consecuencia es que muchas personas saludan a Joaquín González, se toman la foto con él y eso al funcionario no parece molestarlo.

Cabe recordar que sólo Roberto Borge Angulo se encerraba en esas vallas; anteriores gobernadores también daban acceso libre a toda la población.

Las nuevas autoridades han anticipado que las finanzas del estado no son tan alegres; han adoptado un programa de austeridad pero tramitarán la obtención de recursos para los trabajos y las inversiones más urgentes y de mayor beneficio social.

Así van las cosas en Quintana Roo; todo es miel sobre hojuelas y la población desea que el enamoramiento siga, para el beneficio de todos.