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No estudio por saber más sino por ignorar menos.

Sor Juana Inés de la Cruz.

En el México del siglo XVII, la Nueva España, una mujer podía hacer muchas cosas, pero nunca sobresalir. Fue Juana Inés de Asbaje y Ramírez quien, gracias a su ingenioso humor y enorme talento e inteligencia, logró lo imposible en su época: ser centro de atención en la corte virreinal y más tarde, con sus letras, no sólo traspasar las paredes del convento, sino cruzar el Atlántico hasta llegar a “conquistar” a los conquistadores. Esa fue Sor Juana; la Fénix de México, nuestra Décima Musa. 

Sara ha dedicado gran parte de su vida a esta mujer; a estudiar su obra, a descifrarla, a descubrirla. 

Sara Poot Herrera es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Guadalajara y doctora en Literatura Hispánica por el Colegio de México. En 1997 fue nombrada “Mujer del Año” por la Mexican American Opportunity Foundation, gracias a sus estudios sobre la obra de Sor Juana. Ha sido acreedora a reconocimientos como la medalla Enrique Díaz de León; Medalla Literaria Antonio Mediz Bolio; Medalla Héctor Victoria Aguilar en 2008 y Medalla Yucatán en 2009. En 2014 fue elegida miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y en 2018 homenajeada en el Palacio de Bellas Artes por su destacada labor en la cultura y las letras. 

Este 2021, le será entregada la “Presea Sor Juana Inés de la Cruz” en la Universidad del Claustro de Sor Juana de la ciudad de México.

Desde finales de los años 80 es investigadora de la UCSB (Universidad Californiana de Santa Bárbara) y dirige el Departamento de español y portugués en la misma. 

Sara es cofundadora y directora de UC Mexicanistas, asociación dedicada a difundir la cultura mexicana en el mundo.

Betina González Toraya. Sara, cuéntame un poquito sobre tus recuerdos de Mérida, la ciudad que te vio nacer. 

Sara Poot Herrera. Siempre que me entrevistan, no creas que me entrevistan mucho, digo: nada de años de nacimiento porque tengo varios (ríe). Como Sor Juana, no sabemos exactamente si nació en 1648 o 1651, yo digo que en el 51 y tengo mis argumentos; pero bueno, soy de Mérida y Mérida siempre ha estado conmigo, me la llevo a todas partes. Desde chica me fui de Mérida por cuestiones sobre todo familiares. Viví en varios lugares, fui migrante desde pequeña. Estuve un tiempo en Mérida y luego me fui a vivir con mi mamá, quien fue maestra en varios pueblos de Yucatán, la “maestra Sarita”, dio clases en Sotuta, Chacsinkin, Buctzotz y Temax, donde vivió de pequeña. Un tiempo viví con mi papá, luego en casa de algunas otras personas donde mi mamá me acomodaba, en fin, yo creo que ese estar transitando fue importante, uno entiende que no esta en su casa y tiene que comportarse. Más adelante fui maestra rural en Tequiza (Jalisco), y después en los Altos de Jalisco, un medio muy rural. Cuando me preguntan de donde soy, digo: “de Mérida, de la emeritísima Mérida”, aunque mi juventud transcurrió en Jalisco. Aprendí a tocar guitarra, bailé en el ballet folclórico y di clases en una secundaria. Al terminar entré a la Facultad de Filosofía y Letras en Guadalajara. 

BGT. De maestra rural a doctora en filosofía y letras por el Colegio de México, dime Sara, ¿cómo fue? 

SPH. Por buena suerte, por fortuna, por tesonera, por terca. Porque me gusta, yo quería estudiar todo, me gustaban las matemáticas, la física, la química, la abogacía y por supuesto, la educación. Cuando entré a Filosofía y Letras, ya había estudiado en la Normal Superior, había hecho una tesis sobre la obra de Mariano Azuela “Los de Abajo” y recuerdo que hice un análisis muy textual, me tomaba muy enserio lo que hacía. Mi vida personal y de trabajo han sido un poco lo mismo, no es como que me voy de vacaciones y me desconecto, uno sigue leyendo, sigue escribiendo. Al terminar mis estudios de filosofía (en Guadalajara) apliqué al Colegio de México con mucha ignorancia, yo no sabía qué tan difícil era entrar al Colmex, pero yo sabía que me iban a acepar; la tranquilidad que da la ignorancia. Me aceptaron. Ese año la Universidad de Guadalajara dio tres becas a Italia a los mejores promedios, una de ellas fue para mí, estudié Filosofía del arte y regresé para ingresar al Colegio de México. Recuerdo que el segundo año tuve un maestro, Jorge Aguilar Mora (premio Xavier Villaurrutia 2015), había llegado de París, alumno de Roland Barthes, comenzó a preguntarnos (a sus alumnos) de dónde veníamos. Una de ellas, amiga mía, había traducido a Barthes, otro había traducido la Historia de la Sexualidad de Foucault, bueno, unos curriculums muy apantalladores. Yo ahí escondida al final, y (Jorge) me pregunta: ¿Y tú?, pues yo soy MR, le dije, ¿qué es MR? Maestra Rural contesté. Le caí bien, fui la mejor calificación. El primer año me di cuenta de que hablaban de cosas raras, como el narrador omnisciente, etc; me puse a leer y a estudiar por mi cuenta, a fijarme en la metodología de otros pues yo no conocía de tecnicismos, a leer, a escuchar.  Entendí que era una carrera en la que no competimos con nadie, hay lugar para todos. 

BGT. Sara, hablando de tu especialidad, ¿podríamos decir que Sor Juana fue la primera feminista de su época?

SPH. Por supuesto que lo fue. Sor Juana habla de la capacidad del ser humano de pensar; hay hombres listos y mujeres listas, inteligentes; hay hombres tontos y mujeres tontas. La inteligencia no tiene sexo. Cuando defiende el derecho de la mujer Sor Juana hace una genealogía de mujeres que antes que ella, han enseñado en diferentes disciplinas: en ciencia, arte; mujeres que han sobresalido, nombra a mujeres de su época, tiene la capacidad de distinguir la inteligencia de la mujer, así como su situación subordinada a la cultura hegemónica, masculina, digamos patriarcal. 

BGT. Demasiado ingenio y profundidad en la obra de Sor Juana.

SPH. Ingenio, profundidad, ironía, sentido del sexo, del género, del estrato social.

BGT. Casualmente fue Juan Ignacio María de Castorena y Urzúa, obispo de Yucatán hasta 1733, el gran defensor del derecho de Sor Juana a escribir.

SPH.  Sí, lo que hizo Castorena y Urzúa fue publicar en parte la obra póstuma de Sor Juana. Yo he buscado algo de él en Yucatán y hay un dato que tengo que investigar un poco más, existe la investigación de otra colega acerca de este; y aquí es muy importante recalcar el sentido de la colectividad, del respeto a las investigaciones de los demás, somos grupos de trabajo, una “comunalidad”, como alguien diría hablando de lenguas pueblos originarios. Esta colega habla de un proceso inquisitorial en el que estuvo Castorena y Ursúa. Eran épocas de Inquisición y a esta pertenecían grandes personajes de aquellos tiempos, que leían, que prohibían, que sancionaban. En fin, es una época muy compleja, muy interesante. Estoy leyendo algo sobre contemporáneos de Sor Juana y veo la manera en la que estuvo tan al filo de la Inquisición y fue mencionada por un inquisidor de manera directa pero indirecta, hablando de otro documento que la involucraba a ella. Hasta donde sabemos no tuvo ruidos con el santo oficio, el convento correspondía al Arzobispado y la Inquisición no podía meterse con los conventos por ser esta jurisdicción del arzobispo. 

BGT. Históricamente las pandemias han arrasado con parte de la humanidad. En su época una epidemia se llevó a Sor Juana, son tiempos de luto, sin embargo, han surgido grandes creaciones. ¿Crees que esta pandemia está siendo una pauta para la creatividad?  

SPH. Seguramente. Cuando fue la destrucción de las torres gemelas en Nueva York el mundo se fue a la literatura, a la crónica, a la ficción. La realidad siempre se nos adelanta de una manera sorprendente. Respecto a Sor Juana, dos años antes de su muerte tuvo un cierto distanciamiento respecto a lo que yo llamo la “farándula literaria”; se fue apartando. Como religiosa asumió los votos de una manera mas devota; es más, ella pide volver a tomar el habito como lo había hecho 25 años antes, entra al segundo convento (el de San Jerónimo) y toma el habito de bendición, para convertirse en novicia. Un año después ratifica sus votos. En los últimos tiempos Sor Juana se queda sin sus libros. Hace poco salió un documento en Estados Unidos -hay mucho documento mexicano que está fuera de México- el testamento del padre Lombeida, él dice a punto de morir que tiene en su poder libros que Sor Juana le había dado y le está entregando al arzobispo el dinero de la venta de algunos de ellos. Sor Juana donó su biblioteca, ese fue uno de los mayores sacrificios de su vida, porque los libros eran sus amigos, en los que ella sola aprendió y continuó formándose desde muy pequeña hasta el final de su vida. Sor Juana muere un domingo 17 de abril de 1695. Hay quienes dicen que no fue por epidemia, pero sí, una epidemia que entró al convento, que pudo ser el tipo exantemático (acompañado de erupción en la piel), ella se contagia, pero no se encierra, se dedica a cuidar a sus hermanas, no se suicida, de ninguna manera. Muere cuando no había cumplido los 44 años.

BGT. ¿Qué tienen Sara Poot y Juana de Asbaje en común?

SPH. Bueno, hay años luz de diferencia. Me gusta pensar en esa niña que crece con una madre analfabeta, que una mamá analfabeta sea la madre de Sor Juana me llama mucho la atención. Hay documentos que posiblemente nos estén esperando para aclarar quien era el padre de Sor Juana, es una figura que aparece poco en su obra. Lo que yo encuentro en ella es una respuesta permanente a las preguntas que nos estamos haciendo, soy una lectora que me interesa la mujer intelectual, la que pregunta y responde, que siempre está preguntando, que está en una búsqueda permanente de la verdad y del entendimiento humano, en una actitud de independencia. Sor Juana fue una mujer independiente, monja rica que vivió de su trabajo, al mismo tiempo dentro del convento y con los trabajos que tenía ahí pudo sobresalir y lo hubiera hecho en cualquier lugar, su genio es el genio de la época. ¿En qué me comparo con ella? Pues claro que no, pero a “la que a buena Juana se arrima, buena sombra le cobija” (ríe), me interesa muchísimo la historia de esta mujer que fue una luz y que sigue siendo, estudiarla como filósofa y como educadora, ¿por qué Sor Juana? Pues para trabajar hay que dedicarse a algo que valga la pena, ¿te imaginas? perder el tiempo con una escritura mediana, Sor Juana es un diamante por donde la mires.

BGT. Sara tus aportaciones han consolidado proyectos como la Feria del Libro, ¿cómo fue tu intervención para que esta feria se hiciera realidad aquí en Yucatán? 

SPH. Había ya en Yucatán algunos otros eventos relacionados. El primer director de la Feria, un hombre muy inquieto e inteligente, Rafael Morcillo, quiso traer una feria que tuviera un nivel internacional, tocó muchas puertas, hablamos con Roger Metri (Rafael y yo) y fue muy interesante lograrlo. Por mi parte fue una especie de apoyo o aportación. 

En relación con el premio José Emilio Pacheco (Premio Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco, que se otorga cada año en la FIL de Guadalajara) lo que yo hice fue hacer las bases del premio, ponerle nombre. Le avisé a José Emilio. Al año siguiente, Elena Poniatowzka fue la ganadora y José Emilio se lo iba a entregar, pero ya había muerto en enero. Otros acreedores del premio han sido Fernando del Paso, Juan Villoro, Cristina Rivera Garza, David Huerta, Héctor Manjarrez y Enrique Serna. Es un premio que se nomina, que se vota, hay un jurado del que no soy parte, ellos deciden. Me siento una persona afortunada, mis amigos me han apoyado, son gente que va y viene sin cobrar un cinco.

BGT.  Mayor mérito aun, hacerlo por vocación, por amor al arte.

SPH. Por amor al arte y por responsabilidad. Es una especie de posicionamiento ante el mundo, tener proyectos, si uno no tiene ilusiones te mueres, tener pasión por algo.

Yo trabajo Sor Juana, pero comencé con la obra de Juan José Arreola, trabajo algunos otros escritores contemporáneos muy actuales, es un mundo muy interesante (el literario), de gusto, de vocación.

BGT. Sara, en tu opinión ¿quiénes son los escritores que mayor influencia han tenido en la literatura mexicana contemporánea?

SPH. Juan Rulfo, indiscutiblemente; Nellie Campobello en el tema de la revolución, aunque no estaba considerada en el canon, hemos descubierto y hay estudios sobre su obra Cartucho y las manos de mamá, la visión de una mujer de la revolución pero en términos de una épica casi sordina; no es el campo de batalla, sino la revolución que llega al pueblo de la niña, la que ve llegar la revolución debajo de la mesa, los botones de los soldados (su mamá es costurera); es una visión muy interesante de una niña que ve la muerte como algo natural; también está Josefina Vicens en el campo de la metaficción; Margo Glantz, Elena Poniatowzka, Carlos Fuentes, Juan José Arreola, podemos mencionar muchos más. Actualmente tenemos la producción de Cristina Rivera Garza, ella es parte de UC Mexicanistas, a fines del año pasado en octubre anunciaron que había ganado la beca Mac Arthur, que es para genios, ¡y que se la den a una mexicana! Ella fue la segunda, la primera mexicana en ganar la beca fue Valeria Luiselli (American Book Award 2018), es un orgullo, a lo mejor en México pasó algo desapercibido. Cuando hay algún reconocimiento de un mexicano o mexicana, lo celebramos con gran alegría. 

BGT. ¿Cuál es hoy el reto de la UC Mexicanistas?

SPH. En UC Mexicanistas somos ya casi 150, la última persona que ingresó a esta asociación es Paloma Jiménez (hija de José Alfredo Jiménez), ella tiene un doctorado en literatura, bromeando decimos que no aceptamos indocumentados (ríe). Esta asociación es de escritores e investigadores, algunos hacen cine, en fin, es un mundo de información. Aquí en Santa Bárbara hemos realizados 23 congresos solamente en UCSB (University of California Santa Bárbara), aparte de invitaciones de escritores, pequeños coloquios, festivales de cine. Hoy, por ejemplo, una integrante de UC Mexicanistas envió un avance en video de una filmación, ella trabaja con objetos que los migrantes han dejado en la frontera. Es terrible encontrar una bota, unos pantalones que traen algún boleto del metro y a un lado está el esqueleto, el cuerpo desmembrado. Ese trabajo tiene un gran valor, un compromiso, trabajamos con estudiantes que no tienen documentos, que son víctimas de la situación política que por fortuna está concluyendo en este país. Cuando un presidente ha tratado a los mexicanos de violadores y asesinos hay una arbitrariedad mayúscula, es un compromiso trabajar con estos estudiantes, el reto permanente es trabajar la cultura de México, dentro y fuera. Somos trabajadores de la cultura, tenemos un compromiso permanente con la pluralidad de un país que es México y no queremos seguir presumiendo de los jardines ni de la comida mexicana, no solamente. Nuevas generaciones entran a la universidad, sus papás siguen cosechando tomates en el campo y ellos ya están estudiando un doctorado. Son generaciones que han dado un paso muy importante, nuestro compromiso es que ellos reconozcan a México; y no con resentimiento por haber sido expulsados debido a la economía. 

BGT. Sara, además de tus múltiples ocupaciones, UC Mexicanistas, la Universidad. ¿Hay algún proyecto que estés desarrollando actualmente? 

SPH. Ahora estoy dando un curso sobre pueblos originarios, Culturas Indígenas en el México Actual. Esto es un reto porque es un mundo de información y además es una clase que hay que tomar una postura en relación con estos pueblos marginados, despreciados, desprestigiados. Uno siempre se está preparando, hay temas que uno domina más que otros, pero recordemos la frase de Sor Juana que me encanta: Estudiar para ignorar menos. (“No estudio por saber más sino por ignorar menos”).

BGT. Sara, para cerrar nuestra entrevista dime, ¿qué mensaje te gustaría enviar a tus paisanos yucatecos?

SPH. Mas bien me gustaría escuchar los mensajes de ellos (ríe). Pues, un saludo y saber que somos un puntito más en el infinito, que es muy importante el reconocimiento al trabajo de los otros, que somos un grupo que tenemos una responsabilidad y que el egoísmo es muy terrible, incluso peligroso. Lo acabamos de vivir en una situación tremenda en los Estados Unidos, de violencia, de cierto vandalismo. La razón no puede estar por debajo del arrebato. En una ocasión me pidió un periódico yucateco unas palabras para fin de año, yo les agradecí y puse algo que no se publicó: me preocupa el nivel de suicidio que tenemos en la sociedad en nuestro Estado; seguramente hay trabajos sobre el asunto, los hay, pero qué pasa cuando gente joven y no solo joven, como aparece en Pedro Páramo, hace por acortar los caminos. Hay muchas preocupaciones. Yo cuando llego a Yucatán, no digo que llego, sino que “entro”, es un mundo de magia, distinto, el color de la tarde, el color cuando amanece, el olor; eso es muy bonito y al mismo tiempo hay muchos problemas. Ya las notas de los periódicos se parecen más entre ellas en cuanto a muertes, y todo lo que leemos, hay que comenzar con la responsabilidad personal, de qué manera se ha vivido esta pandemia, tu tienes casa, yo tengo casa, hay trabajo, hay salud alrededor. Aquí en Estados Unidos hay familias hacinadas en un lugarcito, hay problemas, no es la gloria, es más yo digo que en México vivía mas cómodamente. Tenemos responsabilidades de diferentes tipos y los que tenemos la capacidad de llegar al estudio, a las letras, de tener ciertas comodidades, es un privilegio no siempre merecido. Como en las herencias, es suerte. Siempre hay que tener proyectos, el factor suerte es importante y sobre todo no tomarnos las cosas tan en serio, no somos los mejores, siempre hay gente mejor que nosotros… y peor también, es lo bueno (ríe).

 

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Edición: Laura Espejo


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