La llave para derrotar a Morena

Hugo Martoccia
La Jornada Maya

Lunes 3 de septiembre, 2018

El 1 de julio es aún una herida abierta para gran parte de la clase política local. Nuevos nombres han irrumpido en este escenario, y los viejos partidos del poder tambalean. Sin embargo, hay varios políticos que quieren enfrentar la posible hegemonía de Morena, y creen que hay condiciones para hacerlo.

El PAN ha recurrido a los números y a un análisis minucioso de la pasada elección, para imaginar lo que podría venir, y armar su estrategia hacia 2019.

Más allá de las dificultades, en el blanquiazul ven que existen oportunidades concretas de recuperarse electoralmente. Pero se requiere de un trabajo fino, cuya autoría y eficacia es aún una incógnita.

Una de esas oportunidades tiene que ver específicamente con lo que el rival significa. En Acción Nacional piensan que hay que distinguir entre el empuje nacional de Andrés Manuel López Obrador, que claramente (guste o no) implica un profundo cambio de ciertas formas políticas, y la realidad local, que es muy diferente.

Morena Quintana Roo es, aún, un rejunte de actores políticos de otros partidos, con una identidad muy difusa. Entre los errores propios y sin el motor electoral del AMLO, en 2019 la situación será muy diferente al pasado 1 de julio, creen en el blanquiazul.

Un trabajo de análisis electoral que encargó la dirigencia, dejó algunas conclusiones interesantes en ese sentido. La más relevante de ellas, quizá, es que en las alcaldías es donde el partido dio la mayor batalla en la elección pasada, y donde puede, también, asentar su futuro.

[b]Los números hablan[/b]

Ese informe arrojó datos numéricos sorprendentes. Por ejemplo, que la diferencia entre la votación de AMLO y todos sus candidatos a alcalde es de más de 200 mil votos, como publicó [i]La Opinión[/i] la semana pasada.

Es una cifra enorme, que marca la distancia entre líder del movimiento y sus representantes locales.

Hay, incluso, un dato más significativo. La mayor votación del PAN el 1 de julio surgió en las elecciones a alcaldes; 107 mil votos. Morena alcanzó 286 mil votos, pero 174 mil de esos votos los tuvo en Cancún.

Si se excluye la elección de Cancún, la diferencia entre Morena y el PAN fue de 5 mil votos en el resto del estado. “Los resultados de Benito Juárez enturbian el resultado final de la elección”, concluye el informe.

Ahora, ¿por qué se excluiría la elección de Cancún? Porque fue una elección atípica, dicen en el PAN; [i]Mara[/i] Lezama arrasó, pero los otros partidos realmente no presentaron candidatos.

Otro de los datos preocupantes pasa por el 20 por ciento de votos que se perdieron tanto en Cozumel como en Isla Mujeres, dos antiguos puntos fuertes del partido.

Lo de Othon Pompeyo Blanco fue aún más duro, pero no hay demasiadas dudas de lo que significó: fue la capital del voto castigo contra el “cambio”, y del voto de la esperanza a favor de AMLO.

En ese punto, sin embargo, en el PAN creen que el caso del municipio sureño se parece a lo que puede pasar en Cancún o Playa del Carmen en el futuro inmediato.

El informe considera que gran parte del voto de AMLO y Morena es un elector crítico, que esperará resultados palpables. “Podri?an seguir confiando en Morena, pero de momento es un voto prestado esperando resultados”, dice el informe.

Esos resultados, en los respecta al estado, nunca llegarán, según los panistas.

[b]Los casos Cancún y Solidaridad[/b]

Una de las derrotas más duras del PAN y el oficialismo fue en Solidaridad. Y se trató de algo muy extraño: es el único municipio en el cual en las encuestas previas a la elección el nivel de aprobacio?n del trabajo realizado por la alcaldesa Cristina Torres era mayor que su nivel de desaprobacio?n.

El PAN, incluso, obtuvo 4 por ciento ma?s votos que en 2016. ¿Por qué perdió, entonces? Porque Morena capturó votos del PRI y el PRD, y también la mayor parte de los 37 mil nuevos votantes que hubo en el municipio,

La conclusión es que en ese municipio, el segundo más importante en número de votos del estado, las posibilidades están intactas.

La razón es que en el [i]blanquiazul[/i] creen que el Gobierno de la morenista Laura Beristain tendrá demasiados problemas, y sufrirá en carne propia el desencanto y el voto castigo en breve.

Un caso similar esperan en Benito Juárez. Creen que la administración de [i]Mara[/i] Lezama ha comenzado a hacer agua, porque está atada a compromisos incompatibles con cualquier cambio (las concesiones del transporte y la basura son un ejemplo) , y por la falta de identidad política del proyecto que encabeza.

Un dirigente panista lo dijo sin vueltas: se va a parecer demasiado a lo que la gente acaba de expulsar con su voto.

[b]La posibilidad de una gran alianza[/b]

Ese informe, entonces, dejó algunas lecciones. Una es que el partido tiene la posibilidad de un proceso de recuperación rápido, pero requiere reorganizarse y mejorar la eficacia de su alianza con el joaquinismo.

Pero lo más importante, quizá, es que pone al PAN en el lugar de la natural oposición a Morena.

Dice el informe: “El PAN es el partido con la mejor marca dentro del espectro poli?tico, so?lo por detra?s de Morena, y es el ma?s indicado para, con un trabajo estrate?gico, aglutinar a todos los electores de oposicio?n que ven en AMLO y en Morena un peligro para el estado y para el pai?s”.

Hay en esa frase toda una ruta de acción.

Aún así, uno de los problema es el escaso tiempo que falta para la elección de 2019, y el impacto que pudiera tener un buen inicio del gobierno de AMLO en ese proceso. ¿Por qué? Porque Quintana Roo es lopezobradorista por sobre todas las cosas.

Otro punto a tomar en cuenta es la velocidad y la convicción que se necesita para los cambios propios.

En el PAN aún esperan la reacción post electoral del Gobierno Estatal y el joaquinismo. Hay señales de una mayor cercanía social, y el proyecto de un cambio de operatividad “en tierra”. Pero todo es aún parte de un borrador difuso que pocos conocen realmente.

Si se posa la mirada un poco más allá, lo que se ve es que el análisis post electoral del PAN no es muy diferente al del PRI: el voto castigo, al menos en Quintana Roo, va a continuar, y le tocará sufrirlo a Morena en 2019 o en 2021, dicen ambos.

Esa coincidencia no es un dato menor. Son varios, en ambos frentes, quienes creen que la mejor forma de aprovechar esa posibilidad es librar juntos, tácita o explícitamente, esa compleja batalla electoral que tienen en frente.

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