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Eduardo Lliteras Sentíes
Foto Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Miércoles 27 de junio, 2018

Mientras siguen cayendo ejecutados candidatos a lo largo y ancho del país –el último, al momento de escribir estas líneas, Emigdio López Avendaño, aspirante a diputado local de Morena en Oaxaca- se acerca la fecha ineludible de los comicios. Las estrategias de cierre están en la mesa: mini partiditos y partiditos, negocios de familias y grupitos, organizan conferencias de prensa para atacar a un partido y sus candidatos en nombre de la anticorrupción. Pero se olvidan de la corrupción de quien llega con una caravana de 15 vehículos negros, al estilo de la mafia, y se apodera del centro, cercado por el miedo y la prepotencia.

Videos, denuncias y contradenuncias. Todas las instancias son buenas en estas horas para recibir denuncias que ya sólo suenan como truenos en la lejanía de las montañas de la corrupción. No espantan ni impresionan a nadie. Total, sabemos que después del 2 de julio, todo caerá en el olvido, hasta la próxima elección.

Si la corrupción es uno de los temas que para la opinión pública es número uno en la agenda pública, los partidos se han encargado de convertirla en caricatura, con denuncias patito a diestra y siniestra. Ya se sabe, las instituciones y los fulanos que sujetan sus palancas están para empantanar cualquier investigación contra el jefe y sus socios en turno o para accionar alguno de sus resortes para golpear al opositor, al contrincante. A esto le llaman uso político de la justicia y pacto de impunidad; el que parece verá la luz de nuevo, con el relevo presidencial. No hay posibilidad de modificarlo: tal es la envergadura y las dimensiones de la red de complicidades y de la penetración de las instituciones.

La corrupción, ese cáncer que nos devora y que ha convertido al país en la cueva de El Chapo y el narco –aliado y chivo expiatorio preferido de los gobiernos federales desde el salinato y de la DEA, según la interesante versión de los directores Ernesto Contreras y José Manuel Craviotto- goza de cabal salud. A diferencia de los ciudadanos, los que con todo y las inauguraciones pomposas de hospitales en Mérida, seguimos padeciendo la mala, terrible salud pública.

De ejemplo, un botón. Como se sabe, tras la denuncia del niño con una caja en la cabeza a manera de nebulizador en el hospital de Tekax, el gobierno estatal salió a afirmar que todo era una gran mentira, que Patricio Patrón era un Pinocho y un manipulador. Alzaron los brazos gesticulando: cómo se atrevía el ex gobernador a utilizar la salud –tema tan delicado y de primera preocupación del gobierno estatal- políticamente.

Pues bien, resultó que una de las fotos sí corresponde a Venezuela, como dijimos, pero la otra a Yucatán, como también señalamos. Y aún no gobierna la izquierda, sino el partidazo de siempre. El diario español [i]El País[/i] retomó el tema en estos términos, en un artículo de Luis Pablo Beauregard: “La semana pasada se revelaron algunas fotografías de un centro de salud en Tekax, en el Estado de Yucatán, en el sureste del país. Las imágenes muestran a un niño recién nacido siendo nebulizado con una caja de cartón en marzo. La escena fue capturada por doctores y enfermeros que denunciaban las precarias condiciones del hospital. Los políticos de la oposición también aprovecharon estas denuncias para desvelar una supuesta trama que habría desviado más de siete millones de dólares de la Secretaría de Salud local a través de empresas fachada. La fotografía del menor, fallecido en abril, ilustra con claridad el impacto generalizado que la corrupción, que cuesta a México diez puntos del PIB cada año, tiene en la vida cotidiana de los mexicanos”.

Mientras tanto, continúa la entrega de televisores, material de construcción, ventiladores y dinero en efectivo a través de las casas de campaña. ¿Y la autoridad electoral? Ni se entera.

Y según voces bien informadas, ya han comenzado las quinielas de quienes se aprestan a apoderarse de las delegaciones federales, con el relevo presidencial. Hacen puntos denunciando, que para eso les pagaron. Y veremos delegados de tutti frutti, nos señalan; pago de cuotas a clanes y caciques, a candidatos chapulines a la gubernatura. Así es la política y el pago de favores a quienes se ensucian las manos para noquear al contrincante del jefe en turno.

[b]@infolliteras[/b]


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