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Margarita Robleda Moguel
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Miércoles 27 de junio, 2018

Qué larga, qué eterna ha resultado esta temporada de pre, inter y campaña. ¡Qué costosa la democracia! ¡Qué impotencia! Tantas necesidades y el dinero destinado a “comprar votos”, “comprar conciencias”, “malbaratar voluntades”.

Urge cambiar el sistema de partidos-negocios-familiares. Mi abuela paterna, Nela Casares, y su hija, Carmen Robleda, fueron de las fundadoras de Acción Nacional en Yucatán. En esos tiempos, el compromiso del partido era el bien común.

Es así como mi abuela se presentaba periódicamente a Palacio de Gobierno a reclamarle al gobernador en turno el cumplimiento de sus promesas de campaña. Años después, en un vuelo a México, mi compañero de asiento, al saber quién fue mi abuela, me contó que él había sido tesorero en los tiempos de gobierno de Torres Mesías y que en varias ocasiones éste le pidió saliera a atender a doña Nela, “que, a él, ya lo había regañado muchas veces”.

En ese entonces, los simpatizantes sostenían las campañas: rifaban automóviles y multiplicaban el trabajo voluntario en beneficio del partido. Tenían muy claro los principios de los fundadores y portaban la camiseta con orgullo.

¿Cuándo nacieron los partidos-negocios-familiares? Frente a la impotencia general, me parece interesante la propuesta del meme que circula por las redes: “Si piensas votar por Meade, vota PRI; si lo harás por Anaya, marca PAN; si es por AMLO, vota Morena. Demasiado caro no cuestan tres partidos para tener que mantener nueve”.

Necesitamos más libros y programas de promoción a la lectura, medicinas, cultura, deportes, tecnología, investigación, manejo sustentable de los deshechos, intercambios estudiantiles a pueblos y ciudades cercanas, a otros países. ¡Ensanchar horizontes! Trabajos de prevención de riesgos sociales con jóvenes, espacios estimulantes para mayores, equidad de género, tolerancia y respeto a la diversidad social, étnica, religiosa y sexual; fortalecimiento de la identidad y el espíritu comunitario; comunicación, carreteras sin casetas, lucha frontal contra la corrupción: educación, educación, educación.

Si respeto por quien votas, no me botes por quien yo voté. A final de cuentas, esta desgastante temporada llega a su fin. No perdamos de vista que, si bien termina la campaña, inicia una nueva etapa y urge hacer a un lado a los partidos, cerrar filas y estar pendientes: participar. ¿Qué hay con la venta del agua? ¡El agua! ¡Nuestra vida! ¿Somos conscientes de la trascendencia de esta propuesta? En algunos países ya se han echado atrás, no funcionó; en otros, el pueblo no permitió que se firmara. ¿Qué leyes pasaron a la hora de los partidos de México en el Mundial de Rusia?

Esto no se acaba, apenas comienza. No podemos dejar a México en manos de voraces sin escrúpulos, que no se han dado cuenta de que estamos en el mismo barco y lo que toca es aprender a remar en una misma dirección: ganar, ganar.

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