Tuza yucateca, parte de la gastronomía típica de la península de Yucatán

Nombre científico: Orthogeomys hispidus

Peso: 500 gramos aproximadamente

Tamaño: 30 centímetros al menos

Depredadores: Coyotes, comadreja y el hombre principalmente

Distribución: Desde Tamaulipas hasta Centroamérica

De todas las especies de tuzas que hay en México, la tuza yucateca (Orthogeomys hispidus) se diferencia ligeramente de la mayoría que se encuentra en otras partes del país, distinguiéndose, por ejemplo, por su gran distribución pues se les puede encontrar desde Tamaulipas hasta Centroamérica. Y si bien su distribución es bastante amplia, en la península de Yucatán los seres humanos encontraron la forma de “defenderse” de ellas, al convertirlas en parte de la comida típica de Yucatán.

Son roedores considerados un poco “rechonchos”, adaptados a la vida subterránea; pueden pesar unos 500 gramos y medir más de 30 centímetros. “La saca la gente (de la tierra), la cocinan completamente, ni la pelan ni nada, la cocinan completa y se la comen completa, vísceras incluidas y como (las tuzas) comen raíces, pues la cocinan entera…es comida típica para la península de Yucatán”, compartió el biólogo Roberto Rojo, investigador dedicado a la divulgación de la ciencia.

Entre sus depredadores está sin duda el ser humano, porque los matan por verlos como plagas y cuando salen de la tierra están los coyotes o la comadreja, porque su cuerpo y sus hábitos depredadores les permiten llegar a sus madrigueras.

En general, las tuzas son de los mamíferos menos conocidos y eso tiene mucho que ver con sus hábitos, porque viven bajo tierra y sus hábitos se denominan fosoriales, se agrupan en una familia que se llama Geomide, Geo tiene que ver con la tierra y en México hay más o menos 15 especies de tuzas distribuidas en todo el país.

Al ser animales que no tienen mucha movilidad, es decir, no se pueden desplazar tan fácilmente como otros que se van caminando de un ecosistema a otro o que puedan volar, como las aves, las tuzas tienen normalmente rangos muy restringidos de distribución, por lo cual en algunas partes hay especies que son micro endémicas, es decir que por ejemplo en un valle habita una sola especie y esa especie no se encuentra en ninguna otra parte del mundo. 

Ante esta dificultad para dispersarse, evolutivamente se van restringiendo a pocos lugares y normalmente tienen distribuciones muy pequeñitas, lo que es de suma importancia para la diversidad en México.

Pero si se habla específicamente de la tuza yucateca, la Orthogeomys hispidus, Orthogeomys se puede traducir como roedor de la tierra diferente, mientras que hispidus tiene algo que ver con la forma de su pelo, porque parece que está como erizado.

“El nombre científico de la tuza describe muy bien a la que tenemos acá en la península de Yucatán, describe muy bien su forma, pues es un roedor de la tierra diferente, que está erizado, con pelo erizado”, apuntó.

Al ser subterráneos, su pelaje no requiere de patrones coloridos, porque al estar casi todo el tiempo bajo tierra para su supervivencia no necesita tener colores, por ello generalmente son color café oscuro, a veces un poco amarillento o color chocolate.

Su cola es pelona y chica, no como la de las ratas. La característica principal de todos los roedores son sus dientes incisivos, que están adaptados evolutivamente para roer, de ahí deriva su nombre y estos dientes, si no los están utilizando constantemente, corren el peligro de que les crezcan demasiado, les den una vuelta dentro de la boca y que puedan morir lastimados por sus propios dientes, por eso tienen que estar royendo todo el tiempo, porque nunca les dejan de crecer.

Al vivir bajo tierra comen principalmente raíces, y es ahí es donde entran en problemas con los seres humanos, porque pueden dañar los cultivos; se encuentran mucho en plantíos de sisal, este agave que hay mucho en la península y también en la milpa. Mientras que el agua la obtienen principalmente de esas raíces que consumen, esta agua se llama metabólica, y aunque tienen la capacidad de tomar agua de un charco, obtienen la mayor cantidad de agua que requiere su cuerpo de las raíces que comen.

“Mucha gente no las quiere por eso, porque pueden convertirse en plaga. No es culpa de las tuzas, es culpa de nosotros, porque si le quitamos su vegetación original y le ponemos un montón de plantas comestibles, pues básicamente le estamos dando toda la comida que necesitan y puedan reproducirse en números más grandes y nosotros los hacemos plaga y luego ya no las queremos”, dijo el biólogo.

Para temas de reproducción, habitualmente hacen madrigueras que son muy grandes, pueden tener incluso más de 60 metros de largo y más de medio metro de profundidad; eventualmente se pueden encontrar con otra madriguera de otra tuza. Salen de vez en cuando, incluso la gente las ubica por los montículos de tierra que dejan; a veces pueden salir en la noche y ahí también se pueden encontrar con otros animales, pero realmente no salen mucho.

Y a pesar de ser roedores, no son tan prolíficos. Específicamente esta especie no tiene tantas crías, sólo dos cada gestación, considerando que su reproducción es todo el año, y al no salir tanto a tierra, sus crías tienen una elevada tasa de sobrevivencia. Esta tuza en particular está catalogada como de menor preocupación, porque tiene una gran distribución y, por tanto, no está amenazada.

Roberto Rojo explicó que aunque no son parientes de los topos, al tener hábitos similares toman el papel ecológico de esa especie y parte de su nicho ecológico, pero son diferentes.

Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!

Edición: Estefanía Cardeña