En los poblados de Tulum los descendientes de los antiguos mayas han agregado a su cultura la celebración de la Navidad, preponderando la convivencia familiar y sin cambiar nada de sus costumbres, destacó Ariel Ángel Van Mac, presidente de la aldea Ahau Chooc.
Mencionó que los antiguos y actuales mayas siguen celebrando el solsticio de invierno, que corresponde al instante en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del Ecuador celeste y esto empiezan en noviembre, cuando comienzan a introducirse en el mundo de las sombras, bajan a la oscuridad, al Xibalbá, y este fenómeno finaliza con ceremonias el 21 y 22 de diciembre.
El Sol empieza a “emerger victorioso”, dijo el entrevistado e insistió en que los festejos navideños de origen europeo no trastocan para nada sus tradiciones, incluso la cena del 24 la celebran con gastronomía de la región.
Por su parte, el joven Miguel Canché, de la comunidad maya de San Silverio, declaró que como casi en todas las partes del mundo estas festividades son parte de la globalización, vienen más de la religión católica, pero no tiene ningún origen arraigado con la cultura maya.
Dijo que las nuevas generaciones son las más proclives a esta festividad, puesto que la ven como un momento familiar, debido a la cena de Navidad y los regalos, pero no tiene algún significado relevante asociado con la cultura maya, recalcó.
“Sí hemos adoptado o integrado esta costumbre sin alterar las nuestras. En los pueblos mayas se hace la tradicional cena, los dulces y la convivencia con la familia”, expuso.
Ambos entrevistados comentaron que otros aspectos como la decoración con arbolito y luces es una práctica que sí se hace en algunas casas; asimismo, padres más jóvenes son los que instan a sus hijos a escribir sus cartas para pedir regalos a Santa Claus.
Edición: Emilio Gómez
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