Cada 2 de febrero, Día de la Candelaria, es fecha para comer tamales pero también para vestir al Niño Dios, ambas tradiciones perduran en Cancún y el Mercado 23 ofrece las dos cosas en un sólo lugar. Muestra del arraigo que tiene este festejo fue el incremento en la venta de tamales, pues sólo hoy y únicamente en este punto de la ciudad se vendieron 9 mil piezas de este platillo.
Los favoritos son los de rajas y los verdes, aunque hay siempre una buena variedad de sabores, incluidos algunos de elote, los colados y torteados.
“Se juntó mucha gente, hubo una fila superlarga y estuvimos atendiendo a las personas desde las 6 de la mañana y se mantuvo la fila larga hasta las 10 de la mañana”, comentó Leydi Chi, una de las vendedoras de este mercado ubicado en el centro de Cancún.
Ya para el mediodía se habían agotado prácticamente todos los tamales, mientras que en otros puntos de la ciudad decidieron colocar algunos puestos extras, quienes únicamente deciden vender este día, que es cuando más se consume.
A la par, la tradición religiosa de vestir al Niño Dios también es algo que se mantiene y que si bien durante la pandemia se redujeron las ventas hasta en 30 por ciento, actualmente se han recuperado.
“Estuvo bajo en días pasados, pero ya este día empezó a llegar más gente. Los modelos que más piden son el de bebé, creo que los padres aconsejaron que ya no los vistan de santos, ya nada más el ropón y los precios varían desde los 150 pesos, según el tamaño del niño”, compartió Eusebio Aguilar, quien lleva ya varios años vendiendo vestimenta para esta fecha, mientras que su esposa hace reparaciones menores.
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