Quintana Roo > Sociedad
Rosario Ruiz Canduriz
19/10/2025 | Playa del Carmen, Quintana Roo
Si bien cada vez hay más información y conciencia sobre el cáncer de mama, todavía persisten muchos mitos, así como factores modificables que pueden incidir en la enfermedad y que es básico que las pacientes conozcan para prevenirla, señaló Gema Roig Sánchez, médica cirujana y especialista en imagenología diagnóstica y terapéutica.
La doctora impartió una plática sobre prevención del cáncer de mama en el hospital Amerimed Playa del Carmen, en el marco del Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama, que tiene lugar este domingo 19 de octubre. Allí hizo un llamado a distinguir entre los factores que no podemos modificar, como la edad, el sexo o las mutaciones genéticas y aquellos hábitos cotidianos que sí pueden reducir significativamente el riesgo de padecer la enfermedad.
"Los modificables, estos son los importantes, porque en estos sí podemos trabajar. El uso de anticonceptivos hormonales y terapias hormonales están dentro de los factores de riesgo de cáncer de mama. Mujer en climaterio, mujer en menopausia con terapia de reemplazo hormonal tiene que saber que es un factor de riesgo para cáncer de mama y ella tiene que dar su consentimiento para eso, pero tiene que ser informado. El consumo del cigarro, de alcohol, la obesidad, la dieta rica en grasas saturadas y el sedentarismo, todo va de la mano", compartió.
Entre los factores no modificables, la especialista especificó que el sexo femenino y el envejecimiento son los principales determinantes naturales, así como las mutaciones genéticas, que se pueden detectar mediante estudios especializados; sin embargo, ser portadora de la mutación no significa que se vaya a desarrollar cáncer, y no tenerla tampoco garantiza estar libre de riesgo.
Incluso hacer estos estudios puede predisponer a la persona, por ello deben reservarse para casos con antecedentes familiares directos (madre, hermanas o hijas), o cuando se presenta un caso masculino en la familia, situación que multiplica las probabilidades de herencia genética. Pero el enfoque más esperanzador está en los factores modificables, aquellos sobre los que sí se puede actuar.
Cada año, relató, el consumo de alcohol sube un escalón más en la lista de factores de riesgo y no se trata de prohibirlo, pero sí de saber que más de una copa al día ya representa un riesgo, por lo que la recomendación es clara: moderar el consumo, mantener una dieta equilibrada, realizar actividad física y evitar el cigarro son acciones que impactan directamente en la prevención.
Además de los factores clínicos, la desinformación sigue siendo un enemigo silencioso y uno de los más frecuentes es pensar que un bulto en el seno equivale automáticamente a un diagnóstico de cáncer, cuando el 80% de los casos son benignos, pero la única manera de saberlo es acudiendo al médico y realizando los estudios correspondientes.
Otro mito peligroso es creer que las mujeres jóvenes no pueden padecer cáncer de mama, cuando hay mujeres de 30 años diagnosticadas porque nunca se hicieron un ultrasonido por pensar que eran demasiado jóvenes, así como pensar que la mastografía provoca cáncer, algo que no es cierto, ya que es la herramienta más efectiva para detectarlo a tiempo.
Por último desmintió la idea de que el uso de desodorantes o antitranspirantes aumenta el riesgo de cáncer de mama, debido a que no hay ningún artículo científico que lo demuestre y reiteró el llamado a los chequeos constantes, para priorizar la detección temprana.
Edición: Fernando Sierra