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Señalan políticas pendientes para erradicar la violencia contra las mujeres en Mérida

Activistas evidenciaron los ''pasos lentos'' desde el Primer Congreso Feminista hace 106 años
Foto: Twitter @RenanBarrera

Este domingo, la doctora y activista Ligia Vera Gamboa levantó fuerte y clara la voz en la conmemoración del 106 aniversario del Primer Congreso Feminista del Cabildo de la ciudad de Mérida, y señaló los pasos lentos que se han dado desde aquel entonces y los pendientes en las políticas públicas para erradicar la violencia, en particular, sexual contra las mujeres.

Desde hace más de 100 años, con Hermila Galindo, la lucha por la actual consigna “educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir” ya comenzaba y, sin embargo, hasta la fecha continúa siendo una de las banderas de lucha del movimiento en favor de las mujeres, apuntó.

Esto visibilizó que es, en mucho, por la falta de voluntad política y presupuesto, el cual es necesario para poder trabajar en la erradicación de la violencia; pues incluso luego de Primer Congreso Feminista los avances fueron lentos, detalló que hasta 37 años después del Congreso las mujeres mexicanas tuvieron acceso al voto por primera vez.

 

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Es urgente, dijo, reforzar las acciones de la política pública y que éstas sean monitoreadas y evaluadas; “la impunidad ya no puede tolerarse ni tardar años en procesar las carpetas de investigación […] El acceso a la justicia ya no puede esperar”.

Hizo un llamado para acabar con la violencia desde las instituciones, apuntando que las éstas, en particular la sexual, no pueden ser sostenidas por la sociedad y solapadas por la institucionalidad que deberían velar por la justicia, sentenció.

Señaló que ese es tan sólo uno de los muchos temas pendientes para las mujeres, pero aquel congreso de 1916 fue una pauta para que las mujeres de hoy están más organizadas en el día a día, a pesar de las autoridades y sus faltas, para continuar con la lucha, añadió.

 

Foto: Twitter @RenanBarrera

 

La regidora Ana Gabriela Aguilar pidió el uso de la voz para resaltar que gracias a este Primer Congreso Feminista las mujeres tuvieron el antecedente para que al año siguiente, en 1917, la votación femenina fuera propuesta; pero este derecho no fue aprobado sino hasta 1949 a nivel municipal y hasta 1953 en todo el país.

Recordó también que las cuatro preguntas que guiaron las temáticas de hace 106 años: 
-¿Cuáles son los medios sociales que deben emplearse para manumitir a la mujer del yugo de las tradiciones?

-¿Cuál es el papel que corresponde a la escuela primaria en la reivindicación femenina, ya que aquella tiene por finalidad preparar para la vida?

-¿Cuáles son las artes y ocupaciones que debe fomentar y sostener el Estado, y cuya tendencia sea preparar a la mujer para la vida intensa del progreso?

-¿Cuáles son las funciones públicas que puede y debe desempeñar la mujer a fin de que no solamente sea elemento dirigido, sino también dirigente de la sociedad?

Desde aquel congreso la lucha para reformar la Constitución de Yucatán para que las mujeres mayores de 21 años tuvieran el derecho a votar y ser votadas comenzó y fue en 1923 cuando Rosa Torre González se convirtió en la primera regidora del ayuntamiento de Mérida, primera mujer en México en ocupar un cargo de elección popular, junto con su suplente Genoveva Pérez.

 

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El presidente municipal, Renán Barrera Concha, dijo que el evento conmemorado marcó un parteaguas para la historia política de México “más allá de las circunstancias que les tocó afrontar como mujeres visionarias de su género y los derechos humanos, fueron ellas quienes nos otorgaron una parte del legado que nos invita a reflexionar sobre lo que cada uno de nosotros puede y debe hacer, para que Mérida siga siendo referente de buenos gobiernos y de una sociedad generosa, incluyente y solidaria”.

Reconoció que aún les queda camino por recorrer para que la inclusión sea una realidad, pero ahora cuentan con la Línea mujer para dar atención las 24 horas los 365 días del año a emergencias sobre el acceso a sus derechos.

También el refugio Carem para mujeres, con o sin hijas e hijos en situación de violencia extrema; Mujeres seguras un programa que ofrece a las féminas de Mérida espacios seguros para contribuir al acceso de sus derechos; así como al libre tránsito, a espacios públicos libres de violencias y a atención y acompañamiento en caso de situaciones de riesgo de violencias.

“Nuestra Mérida crece y se fortalece desde la visión de las mujeres, mujeres sanas y entusiastas, que son guía y hacen camino al andar”.

 

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Edición: Estefanía Cardeña