Yucatecos deben adaptarse a los cambios: Poiré

Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 7 de abril, 2017

Lo que debería ocurrir en una sociedad como la yucateca, tan tradicional y homogénea, es que se reconozcan las diferencias entre las personas para que se incluyan y adapten los migrantes que llegan a residir en Mérida y otros municipios, declaró Alejandro Poiré Romero, ex secretario de estado durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa.

Durante el foro Cómo mantener la paz y tranquilidad en Yucatán, el miércoles en la Universidad Marista, Poiré afirmó que los ciudadanos de la entidad no deben “tolerar” a los nuevos llegados, porque la palabra “tolerancia” tiene una connotación de respeto hacia lo “indeseable” y, en realidad, las personas que llegan tendrían que ser correspondidas con el reconocimiento por ser humanos.

El foro organizado por el empresario Alejandro Legorreta González, presidente de la fundación Más Yucatán, presentó la radiografía de la seguridad en Yucatán.

En el documento se establece que son 11 municipios donde se concentra la mayor cantidad de homicidios dolosos, aunque coinciden en que son los más poblados con el 64 por ciento de los habitantes de la entidad.

El ex funcionario indicó que el hecho de que 43 de los 50 homicidios (82 por ciento) registrados en Yucatán en el 2016 hayan ocurrido por arma blanca, y no de fuego, demuestra que la violencia ocurre por conflictos sociales, no por una profunda participación del crimen organizado.

Afirmó que es necesario atender el pandillerismo, porque es “el caldo de cultivo para el crimen organizado; son su primer ejército”. Consideró que la pobreza es el principal factor de discriminación en Yucatán, pero también en México, por tanto los ciudadanos tienen que hacerse partícipes en la inclusión.

Se necesitan “conocer las necesidades con oferta clara de estudio y empleo, así como acompañamiento sicológico”, expresó. “Sería un blindaje para que el crimen organizado encuentre mayores muros en Yucatán”.

Pero la radiografía reconoce que en el 40 por ciento de los delitos que se cometen en la entidad, la víctima conoce al victimario, lo que significa que pueden ser familiares o vecinos quienes producen los crímenes.

Tal situación, consideró Poiré Romero, hace relevante la figura del “juez de paz” para que se efectúen mecanismos de diálogo y resolución de conflictos en problemas como violencia intrafamiliar.

En casi la mitad de esos casos de violencia por conflictos sociales, según la radiografía, el delincuente estuvo bajo los efectos del alcohol o alguna droga. En el 45 por ciento de los delitos la intoxicación estaba presente; es el reflejo del “grave problema del alcoholismo de la entidad, que la sociedad tiene que atender”.

Reiteró que en Yucatán hay tres expendios de cerveza por cada escuela; las autoridades deben generar políticas públicas claras para contrarrestar los altos índices en el consumo de alcohol. Pero también señaló que los ciudadanos, dentro de sus escuelas y familias, deben involucrarse para reducir la ingesta de bebidas embriagantes.

Cortar la oferta “es lo fácil”, porque eso fue lo que generó un “broncón” en el tema de las drogas, entonces lo que se necesita es la regulación del consumo de las sustancias. Afirmó que “la solución no es prohibir, sino responsabilizarse”.

[b]Más gasto en seguridad[/b]

De acuerdo con la radiografía, el gasto en seguridad en Yucatán se incrementó en un 468 por ciento en un lapso de 15 años. En 2002, se usaban 536.7 millones de pesos para el sector, pero este año el gasto estatal es de tres mil 48 millones.

Es la Secretaría de Seguridad Pública (antes de Protección y Vialidad) la que más crecimiento presupuestal registró, con un 734 por ciento; la Fiscalía General del Estado aumentó su presupuesto en un 196 por ciento en 15 años.

El análisis afirma que “es indispensable que las estrategias se enfoquen en los problemas específicos de cada comunidad o zona y que, a su vez, las prioridades del gasto reflejen en algunas medidas estas necesidades por medio de intervenciones basadas en evidencia”.

Sin embargo, a pesar del incremento del gasto para el sector de seguridad, la tasa de víctimas en Yucatán por cada cien mil habitantes creció 10 puntos en 2015, con respecto a 2016.

Yucatán tiene la mejor percepción de seguridad de todo el país, ya que el 70 por ciento dijo sentirse seguro, mientras que en México la media es del 30 por ciento. Pero las mujeres se sienten 11 por ciento más inseguras que los hombres, con un 62 por ciento de ellas, contra un 73 por ciento.

En 2016, se consideró la inseguridad como el primer problema del estado, seguido del desempleo y el incremento en los precios.

Yucatán cuenta con menos agencias del ministerio público por cada 100 mil habitantes que la media nacional, ya que en la entidad existen 1.7, mientras que en el país son 3.4; pero tampoco se especializan en homicidios, robo, extorsión y delitos contra la mujer.

Los delitos más frecuentes en la entidad son la extorsión, el robo y el fraude; mientras que en Mérida y su área metropolitana son las amenazas verbales, la extorsión y las lesiones.

En cuando a los delitos con más víctimas, en la entidad son el robo a casa habitación (primer lugar en Mérida), extorsión (tercer lugar en la capital), y robo de vehículo (segundo lugar en MID).

Cuestionado sobre el crecimiento del narcotráfico y las ejecuciones en Quintana Roo, Legorreta González afirmó que Yucatán no está exento del efecto cucaracha que podría producirse cuando los maleantes sean perseguidos en la entidad vecina, por tanto migren a los lugares que puedan aprovecharse.

Aunque hay ventajas en Yucatán que protegen a la entidad, “el yucateco debe interesarse de lo que pasa en los estados vecinos, el resto del país y el mundo. Entender la globalización y, a partir de ahí, nuestras fortalezas y debilidades para que no nos tomen desprevenidos”.

[b]Radiografía de seguridad; las cifras[/b]

La radiografía de la seguridad en Yucatán, realizada por [i]Más Yucatán[/i], también presenta estadísticas con respecto a los otros dos estados de la península.

En la relación de la víctima-delincuente, mientras que en Yucatán el 40 por ciento afirma conocer a su victimario, en Quintana Roo es el 20 por ciento, y en Campeche es el 30 por ciento. A nivel nacional, el dato coincide con la entidad del Caribe, mientras que en la Ciudad de México es el 10 por ciento.

Sobre si los delincuentes estaban bajo los efectos del alcohol o alguna droga, en Yucatán el 45 por ciento menciona que sí, mientras que en Quintana Roo es apenas el 26; Campeche apenas supera a éste último con un punto porcentual, con 27. A nivel nacional, el 23 por ciento quien afirma que su victimario estaba intoxicado.

En cuanto a la cantidad de víctimas, entre 2010 y 2015, Quintana Roo se mantuvo con una cifra entre 26 mil y 29 mil, la más alta registrada hace dos años, con 29 mil 321. La cifra más baja de Campeche fue 17 mil, en 2010 y 2011, mientras que la más alta fue en 2013, con 23 mil.

En Yucatán, las víctimas se dispararon en comparación con 2010. Mientras en ese año se registraron 17 mil 260, en 2015 hubo 20 mil 491. Sin embargo, la cifra más alta fue en 2014, con 22 mil 860. Es decir, durante la administración de Rolando Zapata Bello creció la cantidad de víctimas, en comparación con la de Ivonne Ortega Pacheco.