Óscar Rodríguez
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 24 de enero, 2017

Más de 8 mil almas cantaron al unísono los éxitos de la banda de rock Caifanes que, si bien no es la misma que hace tres décadas, cuando irrumpió en el mundo de la música con su peculiar estilo, aún conserva esa dosis de rebeldía que llama a la reflexión, con las metáforas de sus canciones, las cuales fueron aderezadas con loas a la paz que actualmente vive la capital yucateca, por parte de su vocalista Saúl Hernández.

Martha Núñez Valencia viajó desde Cancún, junto con sus dos hijos, para presenciar el Festival Internacional de Cultura y Arte El Globo en Yucatán, cuya organización dejó mucho qué desear; sin embargo, decidió acudir al concierto de Caifanes.

“Trabajamos en Atizapán de Zaragoza en un evento que se llamaba Luminarias, en el área de desarrollo social, organizando este tipo de eventos y lo primordial siempre es la seguridad para los asistentes, a pesar de ser gratuitos debe haber una estricta seguridad y acceso sobre todo que sean puntuales para no generar caos entre los asistentes”, expuso.

Ya habían pasado más de 25 minutos de las 20 horas y Caifanes no salía al escenario, montado en la esquina que forman las calles 60 con 63, del Centro Histórico de Mérida.

Martha, al igual que los más de 8 mil asistentes comenzaba a desesperarse.

En punto de las 20:30 saltaron al escenario Saúl Hernández y Sabo Romo, quienes hicieron gritar a todo pulmón las canciones [i]Los dioses ocultos[/i], [i]Para que no digas que no pienso en ti[/i] y [i]Nubes[/i].

“Mérida es una ciudad que está demostrando a toda la República que cuando se ama, cuando se protege, cuando se quiere, se vive en paz. ¡Cuídenla raza, lo han hecho muy bien!”, exclamó Saúl Hernández.

A lo largo de su presentación, el vocalista hizo varios comentarios en contra de quienes han gobernado este país y llamó traidores a los últimos presidentes de México, lo que enardeció a los presente, que corearon: “¡Fuera Peña! ¡Fuera Peña!

“Ojalá y un día México tenga el gobierno que se merece. La mejor reforma es la de la conciencia y la estás haciendo tú, raza”, respondió el vocalista.

Había pasado más de una hora, la voz de Saúl Hernández comenzaba a fallarle “jodido pero prendido”, exclamó el artista a la vez que justificaba el quedar afónico por un “aire” que le pegó en el escenario.

El éxtasis de los asistentes se elevó cuando las primeras notas de La célula que explota, que sólo fue tocada por la banda, toda vez que la fatiga en la voz de Saúl Hernández no le permitía alcanzar las notas de la emblemática canción.

Faltaban cinco minutos para las 22 horas y la banda se despidió de los miles de asistentes que los hicieron regresar para cantar a capela [i]No dejes que[/i].

Caifanes remató con [i]La negra Tomasa[/i], para después agradecer la hospitalidad de la ciudad blanca que con el concierto de la banda de Rock puso fin al Mérida Fest 2017.


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