Graciela Ortiz
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Domingo 21 de junio, 2020
Calles vacías, muy poco tráfico, restaurantes cerrados y muchos repartidores de comida caracterizaron la celebración de este día del padre en Mérida.
Debido a que el gobierno del estado instruyó que los restaurantes permanecieran cerrados, la ciudad lució desierta este domingo.
Sólo se veía unos pocos transeúntes caminando por la zona de Santa Lucía y alrededores, mientras que algunos restaurantes como Mercado 60 y Café La Habana ofrecían servicio a domicilio.
En la zona de Santa Ana, la imagen era la misma: sólo un restaurante chino tenía sus puertas abiertas, pero únicamente con comida para llevar.
Paseo Montejo, Prolongación Montejo y la avenida García Lavín mostraban la misma realidad: poco tráfico y ausencia de caminantes.
Sin embargo, en varias zonas estaban muy activos los motociclistas, llevando pedidos. Lo mismo ocurría con unos pocos peatones con paquetes de comida adquiridos cerca de sus domicilios.
Se veía raro la recova donde se ubica la heladería Colón, sin mesas ni sillas. Si bien la icónica nevería se hallaba abierta, con una mesa cruzada en la puerta desde donde se podían comprar helados, se encontraba vacía.
La zona de la Plaza Grande también estaba desierta, con los portales de alrededor completamente vacíos; era posible transitar por el medio de la calle en un lugar donde habitualmente el tráfico es compacto.
En la zona de Paseo Montejo, se suponía que al estar cerrado el paso deprimido, sería difícil sortear la glorieta debido a que una sola vía lleva la circulación hacia Prolongación Montejo y viceversa, sin embargo era llamativa la fluidez del tráfico.
[b]Festejo en familia[/b]
Pese a la instrucciones de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) de no organizar celebraciones para evitar contagios, muchas familias hicieron caso omiso y se reunieron en sus hogares.
Marleny y su esposo Raziel viajaron hasta Gran Santa Fe a visitar a su hija Tatiana, quien vive con su marido y su niña de cuatro años, para el festejo. A ellos se unieron sus otros hijos Alberto, con su novia, y Alejandrina.
El ingeniero civil Roger, quien vive en la colonia Brisas, festejó junto a su esposa Elba y a sus hijos Estefanía, Roger, Roxana y esposo y su nieto Dante, de siete años. “Sólo vino mi familia, encargamos mariscos y un postre para el café, y ahora estamos jugando cartas”, contó Elba.
Otros como Eduardo, prefirieron pasarlo tranquilo con su hijo Jorge y su esposa Norma. “Está peligroso como para salir o recibir gente; prefiero estar tranquilo en mi casa con mi familia y ya festejaremos más adelante”, expresó.
Edición: Elsa Torres
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