Graciela H. Ortiz
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 11 de mayo, 2020

En estos días de incertidumbre, angustia, ansiedad y temor para muchos, una joven emprendedora de 26 años, Andrea Campos Guerra, ha lanzado al mercado una aplicación para el bienestar emocional llamada Yana.

Si bien no fue creada precisamente para la pandemia de Coronavirus COVID-19 la plataforma, que puede ser descargada gratuitamente en las tiendas de aplicaciones para iOS y Android, ayuda a la persona a monitorear su estado de ánimo, a identificar sus pensamientos y percepciones y, cuando detecta que son negativos, le sugiere una forma más saludable de pensar a través de conversaciones y herramientas prácticas.

“Lo que se busca es ser la primera línea de contacto para las personas que no saben qué hacer, no saben cómo se sienten, y no saben con quien hablar y sí necesitan ayuda profesional adentro de la aplicación tenemos una lista de terapeutas, incluso también una línea de atención en crisis por si el usuario necesita apoyo inmediato”, precisa su creadora.

La idea comenzó porque Andrea sufre de depresión crónica, desde los ocho años, “a los 21 años inicié terapia cognitivo conductual que es el tipo de terapia en la que está basado la aplicación”.

El sistema cognitivo conductual plantea que lo que afecta emocionalmente a las personas no son los hechos sino la percepción de esos hechos.

Al iniciar esa modalidad de terapia sicológica, Andrea se dio cuenta que se podía automatizar y, como tal, decidió hacerlo como una solución personal, “yo ya había recibido mi diagnóstico de depresión crónica y ya sabía que me iba a volver a pasar, entonces pensé que necesitaba una herramienta que pudiera utilizar la siguiente vez que me sucediera”.

La plataforma funciona a través de un diario emocional, que es la herramienta principal de Yana, en donde todos los días el usuario escribe como se siente, indica la emoción, cuál es el factor asociado a esa emoción, por ejemplo si se siente triste, ansioso o enojado por su trabajo, por una situación familiar, etc., cuando la aplicación detecta que hay una emoción negativa, trata de encontrar cuál es el pensamiento detrás de esa emoción y ofrece herramientas de ayuda.

Yana brinda varias opciones como un [i]Diario emocional[/i], donde se pueden registrar las emociones y explorar los pensamientos; el [i]Baúl de gratitud[/i], para inmortalizar las cosas buenas que se han vivido y el [i]Rincón de la felicidad[/i] para guardar las cosas que nos han hecho sonreír.

En la C[i]aja de herramientas[/i] figuran: la autoestima, emociones, relaciones, productividad, intereses, economía, descanso, energía y alimentación.

La plataforma maneja 11 categorías de pensamiento y 93 herramientas para “ayudar a manejar las emociones en el día a día, pero no sustituye ninguna opinión profesional, diagnóstico o tratamiento con terapia”.

“Es una experiencia conversacional, es como platicar con cualquier persona en whatsapp, entonces el robot te escribe y tú le contestas”, puntualiza.

El desarrollo llevó alrededor de tres años, “fue un camino complicado porque no teníamos un precedente en México en el que nos pudiéramos basar, a pesar de que ya hay otros chatbots (robots conversacionales) de salud mental, la mayoría están en otros países y en inglés”.

[b]Apoyo a universidades y empresas[/b]

No sólo otorga acompañamiento individual, sino también a empresas y universidades. En una universidad, por ejemplo, puede brindar cobertura a todos los alumnos, “es decir que los estudiantes pueden utilizar la aplicación de forma individual y la universidad recibe un reporte mensual de cómo está la salud mental en su campus, entonces las autoridades pueden ver el comportamiento general en la universidad, pero también carrera por carrera”.

Se puede evaluar cuál es la emoción más fuerte, como depresión, ansiedad, que días interactuaron más, “pueden observar la correlación con fechas de exámenes y sentimientos y emociones, como afectó el estrés, es decir le pintamos todo un panorama de cómo está la salud mental en ese ámbito”.

En las empresas actúa de la misma forma y puede ayudar al trabajo en equipo e incluso a aumentar la productividad.

Desde la liberación de la aplicación, Yana ha ayudado a más de siete mil 100 usuarios que han tenido más de un millón de interacciones. Al hablar del universo total de estos usuarios que buscan ayuda en Yana, se pudo identificar que el motivo principal de su interacción con esta aplicación es: depresión y ansiedad (en conjunto).

En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Mental, 17 por ciento de la población padece algún tipo de problema relacionado con salud mental, y de dicha proporción, menos del 20 por ciento de quienes presentan un trastorno afectivo busca ayuda. Se estima que, quienes lo hacen, pueden tardar hasta 14 años en concretarlo.

Por otro lado, en el contexto del distanciamiento social producto del COVID-19, se identificaron diferencias de acuerdo con la edad de los usuarios. Por ejemplo, los adolescentes se ven más afectados por “aburrimiento o frustración”, los adultos de 18 a 35 años por “incertidumbre del futuro” y las personas de 40 años en adelante expresaron que lo que más les ha afectado en cuestiones de salud mental es el “miedo al contagio”.


Edición: Enrique Álvarez


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