Graciela Ortiz
Foto: Ap
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Lunes 4 de mayo, 2020
“Tenemos dos asociaciones para intentar conseguir una vacuna, hay más de 30 empresas que están buscando encontrar una vacuna contra el coronavirus, que sería la herramienta que ayudaría a controlar esta pandemia”, indicó Alejandrina Malacara, directora médica de Sanofi Pasteur México, refiriéndose a los proyectos que tiene en desarrollo el laboratorio francés en la búsqueda de una vacuna para el COVID-19.
“Si bien el promedio de desarrollo de una vacuna es de 10 años y sabemos que algunas nunca se han alcanzado, como el virus de inmunodeficiencia humana (HIV), desde 1984, en un pronóstico muy optimista; podría esperarse que el primer desarrollo salga en 18 meses y el segundo en 24”, abundó la científica.
Malacara sostuvo que sería muy optimista pensarlo, sin embargo hay muchos avances y científicos de todo lo el mundo, lo que podría ayudar a alcanzar el objetivo en tiempo récord.
De los dos proyectos uno, que se realiza en asociación con la Autoridad para la Investigación y Desarrollo en Biomedicina (Barda, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, es un abordaje de recombinante basado en una vacuna contra la influenza que ya existe, “por eso creemos que va a ayudar a que salga más pronto”.
El otro es un desarrollo muy novedoso basado en Ácido Ribonucleico Mensajero (ARNm), “en el mercado no existe ninguna vacuna que esté basada en esta plataforma, pero hay muchas posibilidades al respecto, estamos en asociación con Translate Bio”.
[b]Desarrollo de una vacuna[/b]
Ambos proyectos están en una etapa temprana, es decir experimental donde se trabaja en el laboratorio con animales buscando el constructo biológico ideal. Según Malacara, muchos desarrollos se quedan en esta etapa “porque se observa que no dan resultados”.
Una vez cumplida la etapa experimental se pasa a la etapa clínica, que se divide en tres fases: seguridad, con pocos sujetos; eficacia, con mayor número de sujetos y finalmente la fase 3, la más parecida a la vida real, donde se evalúa la eficacia en una población numerosa.
“Eso es lo que limita mucho para que salga rápido un nuevo desarrollo porque ya en la fase 3, en lo que es toda la logística de armar esto, de tener un proyecto clínico muy bien desarrollado y planeado para que no haya malas interpretaciones de los resultados; ahí es donde se pueden retrasar más los tiempos”, detalló.
Una vez que la vacuna se probó en muchos sujetos, si no hay efectos secundarios importantes, se le da la aprobación por la autoridad sanitaria correspondiente al país de que se trate; en el caso de México la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Edición: Ana Ordaz
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