El arcoíris debe emerger e incluirse en el fondo azul del cielo: Renán Barrera

“Mérida es múltiple, (…) el arcoíris debe ser capaz de emerger y de incluirse en el fondo azul del cielo”, sentenció Renán Barrera Concha en el discurso de su tercera toma de posesión como presidente municipal de la capital yucateca. Durante el mismo, el alcalde abordó temas como diversidad, necesidades de la policía municipal y la explosión demográfica.

En el Centro Cultural Olimpo, Barrera Concha destacó la necesidad de unir las diferencias de y los meridanos; de juntarlas en torno al respeto, al diálogo y al ejercicio de los derechos. Pese a que Mérida es una sola, dijo, está compuesta por una multiplicidad de personas, grupos, orígenes, géneros, idiomas, razas y niveles de desarrollo.

“Mérida es una sola, pero también es múltiple, es un rostro que se refleja en la diversidad de los espejos. En Mérida, el arcoíris debe ser capaz de emerger y de incluirse en el fondo azul del cielo”, enunció el concejal.

Ante diversas autoridades, Renán Barrera se comprometió a velar por el desarrollo igualitario, el respeto a las diversidades y a los derechos humanos. Señaló que el cambio generacional que se vive supone importantes reformas culturales que ya ocurren, y ameritan nuevos discursos y acciones sistemáticas.

“Es fácil caer en la tentación de obedecer a grandes tendencias volátiles de opinión y, desde luego, redituable hasta cierto punto, no obstante, la verdad, el deber y la obligación moral pueden estar a veces en la opinión de las minorías o en hechos desconocidos, mismas que deben ser escuchadas para tomar decisiones ponderadas”, aseveró.

En ese sentido, entre los compromisos que adquirió Barrera Concha la noche del miércoles, destacó el de hacer uso de todos los recursos disponibles para mantener los índices de seguridad ciudadana y disipar cualquier duda que exista en el accionar de la Policía Municipal de Mérida (PMM), una de las más pequeñas del país.

“Estaremos trabajando en un programa de modernización, equipamiento y, sobre todo, capacitación para todos sus elementos, de modo que esta corporación siga siendo un referente de indicadores positivos para nuestra ciudad. No es menos lo que han pedido nuestros conciudadanos. No es menos lo que les vamos a entregar”, adelantó.

En el podio, el alcalde propuso una convocatoria para buscar soluciones conjuntas y con esto, que “más allá del enojo, del discurso agitador o del grito instintivo, diseñemos mejores políticas públicas, más eficientes e impactantes que vayan poco a poco resolviendo nuestros problemas”.

"No vivimos en el paraíso"

Mérida, recordó Renán Barrera, es una de las mejores ciudades para vivir en México y también reconoció que tiene muchos problemas por resolver. “No vivimos en el paraíso”, precisó.

“En los tiempos de Víctor Correa Rachó, la población meridana era casi de 200 mil personas. Cuando Ana Rosa Payán Cervera inició en 1991 el ciclo de gobiernos panistas en el municipio vivían medio millón de personas y la mancha urbana comprendía poco más de 8 mil hectáreas”, detalló el munícipe.

Cuando ocupó la silla presidencial, por primera vez, la capital yucateca contaba con una población cercana a las 800 mil personas que vivían en más de 280 mil casas habitación y casi 300 fraccionamientos municipalizados, mostrando desde entonces un acelerado proceso de urbanización.

En los últimos años, mencionó, han desarrollado 121 proyectos inmobiliarios que representan una oferta de 23 mil viviendas adicionales a las 39 mil que están desocupadas y que muestran un dinamismo que también se ve acompañado con una cifra poblacional ya mayor al millón de habitantes.

“En media década se han municipalizado más de 110 desarrollos inmobiliarios como Los Héroes, Las Américas y Ciudad Caucel que atraen más habitantes provenientes de otros estados de la República o del extranjero”, resaltó.

Finalmente, Barrera Concha reiteró su gratitud y compromiso con la sociedad meridana y aseguró que sus acciones se dirigirán a honrar los votos pasados; y no para conseguir los futuros.

“No me guían los sueños del imperio. No me asaltan las obsesiones del día de mañana, cuando hoy no he agotado todas las posibilidades de lo humano. No me mueven los puestos prometidos, soñados o regalados como golosinas. No trabajo para ampliar mi poder ni para escalar peldaños que no merezco. Más simple y verdaderamente trabajo por mi ciudad”, concluyó.

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Edición: Estefanía Cardeña