Los conquistadores, personas que participaron en genocidios y opresión, no deben ser enaltecidos en un pedestal; por ende, el momento de Los Montejo, instalado en Paseo Montejo de Mérida, debe ser retirado del espacio público, sentenció el doctor en filosofía, Antonio Salgado Borge.
De no hacerlo se manda un mensaje de que la opresión no es una problemática y que no es condenable, agregó el investigador.
Fernanda Valencia Suárez, doctora en historia, indicó que si hay un grupo de personas que considera que una estatua enaltece la explotación y opresión o es un emblema de racismo y colonialidad, su demanda debe ser considerada seriamente.
“Las estatuas que ya no representan los valores que queremos impulsar como sociedad, deben ser removidas de los espacios públicos privilegiados”, argumentó.
Los especialistas expusieron lo anterior este 21 de octubre, durante su participación en la mesa de diálogo Los monumentos como diálogo entre el presente y el pasado, organizada por la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida.
Desde hace varios años, la ciudadanía en general y agrupaciones civiles que velan por los derechos humanos han externado su rechazo a ésta estatua, ya que aseguran representa la opresión del pueblo maya por parte de los españoles y es reflejo de racismo. El pasado 12 octubre, un grupo de personas se manifestó en la cima de ésta escultura, lo que generó un despliegue de varios elementos de la policía estatal y municipal.
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De acuerdo con Valencia Suárez, no siempre hay unanimidad en la opinión que se tiene hacia una estatua o monumento que ocupan ocupa un lugar en los espacios públicos; para algunos puede ser valiosa y bella; sin embargo, para otros puede ser una afrenta, una ofensa.
Esto ha ocasionado protestas y malestar social por los valores que representan y acontecimientos que rememoran, indicó la especialista.
“Una estatua siempre es creada como un elemento de propaganda: por muy bella que sea, es la portadora de un mensaje cuando se erige en un lugar privilegiado, para fortalecer una visión de la historia; hay un discurso detrás de cada estatua”, subrayó.
Estatuas deben corresponder a la visión actual del mundo
Las estatuas, añadió, han sido instrumentos para legitimar nuevos gobiernos, nuevos grupos en el poder y así fortalecer la historia oficial, construir una memoria conveniente del pasado, para contar la historia de los vencedores; no obstante, las sociedades se transforman, los tiempos cambian y las ciudades se deben ajustar a las necesidades, valores y deseos de sus habitantes.
“Las estatuas nos recuerdan quiénes somos y quiénes queremos ser, y debemos ser cuidadosos con qué estatuas tenemos en los espacios y asegurarnos que correspondan con la visión del mundo actual”, manifestó.
En algunos casos, detalló, se ha propuesto cortarles la cabeza a los conquistadores y esclavistas, llenar las estatuas de pintas y mensajes, o transformarlas, voltearlas de cabeza, entre otras acciones.
El columnista Salgado, expuso que “cualquier individuo que haya participado en la conquista y en crímenes que implican genocidios, exterminio u opresión no puede estar en un pedestal”.
Edición: Emilio Gómez
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