Coniophanes meridanus / SERPIENTE SIN RAYAS
Hábitat: Selva baja
Alimentación: Insectos, anfibios y huevecillos de lagartija
Características: De 25 a 30 cm, café rojiza con rayas blancas desde la punta de la nariz hasta la cola
Particularidades: Inmoviliza a sus presas para comer, no suele morder a los humanos y, de ocurrir, no suele ser de riesgo
La serpiente sin rayas, Coniophanes meridanus por su nombre científico, es endémica de la península de Yucatán, sin embargo, al encontrarse en sitios muy específicos –población abundante en pocos lugares– como Mérida, Chemax y Quintana Roo, no hay mucha información sobre ella, expuso el biólogo Luis Díaz Gamboa, director de la Red para la Conservación de los Anfibios y Reptiles de Yucatán.
Aunque hay muy poca información sobre su hábitat, dijo, se considera que puede soportar la modificación ocasionada por la urbanización, ya que han encontrado ejemplares en la ciudad capital y en construcciones.
“A pesar de que esta especie es endémica, las investigaciones que se han hecho dicen muy poco acerca de cómo es su manera de vida o cómo es su hábitat”, señaló; sin embargo, de forma natural, habita la selva baja.
Esta especie es de color café rojiza, detalló, pero tiene líneas de color blanco desde la punta de su nariz hasta la cola que mide entre 25 y 30 centímetros, pero el 60 por ciento de su cuerpo está conformado por su cola.
Como otras especies de serpientes, funge como controladora de insectos y anfibios, así como huevecillos de lagartijas.
Las hembras suelen ser más grandes que los machos y su forma de reproducción es por medio de huevos, es decir, ovípara y las amenazas que vive esta especie son producto de la deforestación, así como quemas de montes, expansión de la mancha urbana y la gente que las mata por desconocimiento.
Resaltó que, aunque esta serpiente es inofensiva, pues incluso si llega a morder a alguien no ocasiona un daño grave; posee veneno para inmovilizar a sus presas, “es un veneno muy suave que sólo sirve para inmovilizar a lo que se va a comer”.
Aunque algunas personas suelen llamarla “ratonera” por su color café, la realidad es que esta especie no se alimenta de ratones, detalló.
A los seres humanos no suele atacarlos con mordidas, sin embargo, recomendó no agarrarlas; “su temperamento es muy tranquilo, no tiende a morder como otras especies”.
Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!
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