Comisarías de Mérida proponen ser autónomas y gestionar sus recursos

Durante un encuentro maya, comisarías de Mérida señalaron que ante la falta de apoyos para infraestructura, servicios urbanos, salud y movilidad plantean la posibilidad de ser comunidades autónomas y así tener control sobre sus territorios y no depender del ayuntamiento.

 “Las comisarías no son prioridad para el ayuntamiento de Mérida”, denunciaron.   

Líderes comunitarios exponen que el municipio ha dejado en el abandono a muchas comisarías, pues las calles no han sido atendidas, tienen baches, falta de alumbrado público, parques, transporte público y unidades médicas. 

Señalan que las más afectadas son las comisarias más pequeñas, desde hace varias administraciones; denuncian que incluso “castigan” a algunas por no ser militantes ni partidarias del partido que está en el poder.   

Aunado a esto, el aumento de los desarrollos inmobiliarios está “comiendo” a las comisarías mayas, los están integrando a las colonias, lo que afecta sus modos de vida, sus tradiciones y encarece los servicios y productos, denunciaron. 

Las autoridades mayas participaron este viernes y sábado, en la ciudad de Valladolid, en el encuentro maya, junto a otros líderes comunitarios indígenas de Yucatán, Campeche y Quintana Roo; un evento organizado por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI).  

Diego Uh Be, comisario de San José Tzal, ubicada al oriente de Mérida, expuso que en los nueve meses que lleva la actual administración, han carecido de todo tipo de recursos. Desde infraestructura, luminarias, limpieza. “Se hace cuando pueden y cuando quieren, no existe una planeación”, señaló.   

Acusó que cuando acuden al ayuntamiento de Mérida para pedir recursos, las autoridades les señalan que “no hay”.   

Frente a este panorama, Uh Be cuestionó a las autoridades del INPI la posibilidad de ejercer su autonomía para poder gestionar sus propios recursos y no estar “pepenando” con el municipio de Mérida.   

“Me interesa, si es posible, separarnos de Mérida para poder tener todo lo que necesito para mi comunidad”, manifestó.   

Además, pidió el apoyo para poder hacer los trámites necesarios, ante el SAT y las autoridades que sean necesarias para concretar esto.  

“Al asumir el cargo, nosotros no tenemos ninguna afinidad con el partido que está en el gobierno estatal ni municipal, tenemos afinidad por las necesidades de la comunidad”, remarcó.   

No obstante, según señaló, esto ha ocasionado que no sean tomados en cuenta para distintos apoyos para la comisaría, sólo para quienes son “amigos” y cercanos al partido en el poder, denunció.  

Otra problemática que han detectado, es la “terrible” proliferación de moscos, ya que las autoridades municipales no han realizado campañas de fumigación. “No existe una planeación de abatización y fumigación, se usa como una bandera política el querer combatir el problema en estos momentos, ya superó el problema'', expresó.  

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El líder maya reiteró que no hay recursos para mantenimiento de sus calles, carreteras, sistema eléctrico, de agua, ni para hacer celebraciones para días festivos; “no existe”, afirmó.   

Ante la falta de recursos, precisó que han tenido que “pepenar” con empresarios, políticos, o depender de las “migajas” que les ofrezca el municipio de Mérida, o destinar dinero de sus propios bolsillos y el de los pobladores.   

Desarrollos “comen” a las comisarías   

María Roa Alvarado, subcomisaría de San Antonio Hool, la cual colinda con el Fraccionamiento Las Américas, señaló que: “Desde que inició la actual administración a la comisaría no se le ha dado ningún recurso”. Las calles están en pésimas condiciones, la luz igual, no hay mantenimiento o sólo lo hacen cuando quieren, subrayó.   

Además, recalcó que otro problema que impera es que el aumento de los desarrollos inmobiliarios está “comiendo” a la comunidad. “Es algo muy malo, ya no nos están tomando como comisaría, nos están integrando a una colonia”, manifestó.   

“Nos quieren desaparecer”, afirmó la líder maya, quien indicó que han tenido varios conflictos con los vecinos y vecinas de estos fraccionamientos que intentan apropiarse de espacios públicos que hay dentro de la comunidad; además que se quejan de sus formas de vida, sus tradiciones y festividades. “No respetan los usos y costumbres de las comisarías, no les gustan los voladores”, remarcó.   

Frente a este panorama, reconoce que una opción sería ser una comunidad autónoma e independiente y tener las facilidades de poder gestionar sus propios recursos para el beneficio de la población. “Necesitamos que la comisaría se mejore”, expuso.  

El comisario de Santa María Chi, Wilberth Alfonso Nahuat Puc, respaldó la decisión de ser autónomos; pues señala la comisaría padece de muchas carencias ya que no pueden gestionar los apoyos en varias necesidades. “Hasta la fecha hemos recibido muy poca ayuda del ayuntamiento de Mérida”, afirmó.   

Dijo que urgen labores de bacheo de calles, limpieza general, alumbrado público, lámparas nuevas, entre otras cosas, incluso han solicitado el apoyo directamente al municipio, pero reciben negativas. “No hay presupuesto”, les dicen siempre.   

Aunque la situación es similar en las 47 comisarías, opinó que, en las más grandes, o donde hay más simpatizantes del partido político en el poder, sí reciben apoyos y se divulgan en las redes y medios de comunicación.   

También, indicó que hay riesgo de construcción de desarrollos inmobiliarios que se “van a colgar” de la infraestructura y servicios públicos de la comunidad maya. “Pero no nos vamos a dejar, no es justo que pasemos lo mismos que otras comisarías”, recalcó.   

En el encuentro maya peninsular, las autoridades del INPI indicaron que la Reforma Constitucional a varios artículos de la Constitución busca garantizar los derechos de las comunidades mayas, reconocerlos como personas sujetas de derecho.  

Poder ejercer su derecho a la libre determinación, la realización de consultas comunitarias libres, previas e informadas; y también tener la posibilidad de poder ser pueblos autónomos y acceder a mayores recursos del gobierno federal.

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Edición: Estefanía Cardeña