Craugastor yucatanensis / RANA LADRADORA YUCATECA
Especie: Triatoma infestans
Tamaño: Menos de 36 mm
Hábitat: Cenotes y cavernas de la península de Yucatán
Alimentación: Insectos y otros invertebrados
Amenazas: Deforestación y turismo excesivo
Reproducción: Ovípara, desarrollo directo
La rana ladradora yucateca (Craugastor yucatanensis) es una especie endémica de la península de Yucatán, es decir, únicamente puede hallarse en los tres estados que la comprenden. Su distribución es muy restringida, lo que ha derivado en que sea poco estudiada, sin embargo, presta valiosos servicios ecosistémicos en el área donde habita.
“Puede encontrarse principalmente en la zona húmeda del centro y norte (de la península), especialmente en cavernas y cenotes. Se han avistado en la zona de Valladolid y Tekax, por ejemplo; y una en Bolonchén de Rejón, en Campeche”, compartió el biólogo Pedro Nahuat Cervera.
Sobre esta especie, lamentó, no se sabe prácticamente nada porque no se han realizado investigaciones debido a que es considerado un ejemplar secretivo, o sea, que es de difícil observación.
“La gran mayoría de lo que se sabe se ha extrapolado de otras especies como otras ranas ladradoras. Por ejemplo, si hay otras similares que son insectívoras, se toma como que ésta lo es también. Se especula; y es lo más probable”, sostuvo.
“La rana ladradora yucateca se llama así a razón del género Craugastor, al que pertenece. Sin embargo, el ruido que emite no se asemeja al de un ladrido; aunque existen unas que sí tienen esta característica”, explicó el también de director de la iniciativa Ekuneil.
En cuanto a sus características físicas, el experto detalló que se trata de una rana pequeña, pues no supera los 36 milímetros (mm) de longitud, es decir, no alcanza ni 4 centímetros (cm).
“Es aplanada dorsometralmente, lo que significa que la cabeza, la espalda y el vientre son aplanados; su cabeza es grande y sus ojos saltones. Posee extremidades y dedos largos; y en la punta de los mismos tiene unas estructuras similares a una pala para escalar paredes de rocas y árboles, se llaman dedos modificados”.
En lo relativo a su coloración, el biólogo añadió que suele ser gris o café oliva, mientras el iris de sus ojos es de color dorado. El vientre generalmente es color crema y con una tonalidad que raya en lo transparente.
Reproducción directa
“Lo más destacable de esta especie es su reproducción, porque a diferencia de los anfibios que se reproducen en el agua y ahí mismo depositan sus huevos, dando lugar a los renacuajos, la rana ladradora yucateca no tiene ese proceso”, subrayó.
Esta especie, prosiguió, se reproduce en zonas húmedas -no necesariamente en agua- y deposita sus huevos bajo piedras u hojas; y del huevo nace una cría por eclosión que es anatómicamente idéntica al adulto, no pasa por el estado larvario. A esto se le conoce como reproducción o desarrollo directo.
Para el biólogo Pedro Nahuat, esta característica demuestra lo bien adaptado que está este anfibio a los ambientes secos que imperan en la península yucateca, de donde es originario.
Sobre la alimentación de esta rana no se sabe nada, aunque se especula que se alimenta de los invertebrados que habitan las cavernas. La realidad es que nadie ha hecho un estudio o reportado este ámbito de su vida.
Sobre sus depredadores, sólo existe un registro del amblipigio, un arácnido que se la estaba comiendo dentro de una caverna. Es todo lo que se sabe sobre ella”, contó.
Más que pocos ejemplares, aclaró Nahuat Cervera, hay poca información sobre los mismos, reiteró. Él mismo realizó su tesis de licenciatura (en Biología) sobre el uso que les dan a las cavernas durante la temporada seca, ya que en la superficie hay muy poca humedad.
“Tienen algo llamado migración local, que consiste en que estas ranitas entren a la caverna en temporada seca; y en temporada de lluvias salen para estar más cerca de la superficie”, señaló.
Amenazas y servicios ambientales
La principal amenaza para las ranas ladradoras radica en la deforestación, ya que, aunque vivan en las cavernas, éstas mantienen sus parámetros gracias a los árboles que las rodean: “Si tiramos los que cubren la entrada de la caverna, por ejemplo, el sol va a entrar directo y la va a acalorar”.
Otra de sus amenazas es el turismo excesivo que generan varias grutas y cenotes. Cuando estos espacios se contaminan, se rompen sus paredes o se construye algo, la rana sufre porque es sensible a estos cambios, dijo.
En la Norma Oficial Mexicana, la rana ladradora yucateca está considerada en protección especial; y en el listado del Análisis de Conservación de los Anfibios en México aparece como con una vulnerabilidad ambiental muy alta, lo que significa que es una especie propensa a extinguirse debido a su limitada distribución.
Sobre el valor ambiental de esta rana, Pedro Nahuat comentó que las formaciones kársticas que habitan no son tan ricas en nutrientes; y muchas veces dependen únicamente de los que obtienen de la superficie.
“Entonces seguramente la Craugastor yucatanensis contribuye muchísimo al intercambio de nutrientes dentro de las cavernas. Tras alimentarse, defeca y sus heces son nutrientes para muchos organismos”, precisó.
Finalmente, el biólogo exhortó a las personas a no tocar a esta especie si se le llegara a avistar, ya que su piel es muy sensible: “Lo ideal es que, si la vemos, la apreciemos y disfrutemos de ella. También podemos sacarle un par de fotos, siempre pensando en el bien del animal. Es una especie muy bonita”.
Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!
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