Durante las labores de excavación y exploración para habilitar la zona conocida como Chichén Viejo en la zona arqueológica de Chichén Itzá, arqueólogos encontraron una tumba que contenía los restos de cinco personas quemadas.
Éste es el primer entierro que se localiza dentro del área del complejo habitacional.
Esta parte dentro de Chichén Itzá es explorada desde hace 10 años y todavía no se abre al público, sin embargo la intención es que próximamente sea parte del recorrido turístico.
Chichén Viejo es un complejo habitacional donde residía la élite maya y se considera que era la zona habitacional de un importante gobernante.
De hecho, José Francisco Javier Osorio, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explica que el entierro múltiple probablemente corresponde al gobernante y a cuatro acompañantes.
“No podemos identificar a quién corresponden los restos porque no encontramos huesos completos, ya que todo estaba quemado, sólo sabemos que son cinco personas por las mandíbulas que hallamos”, amplió el coordinador de la investigación en Chichén Viejo.
Se estima que el asentamiento humano en esta zona de Chichén Itzá data del año 800 al 1050, es decir del Clásico Tardío a inicios del Postclásico.
Al frente de la tumba posa una escultura de piedra de Chac mool que representa protección para las personas que se encuentran enterradas.
El entierro múltiple se ubica a escasos metros de una estructura con forma de tortuga, que servía como escenario para la transición al inframundo, en cuyo centro los gobernantes se transformaban en el dios del maíz, una deidad muy apreciada por los mayas.
El INAH realiza labores de identificación y rescate del salvamento donde se han localizado diversas estructuras entre las que destaca el Palacio de los Falos y la Casa de los Caracoles.
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