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La Jornada Maya
01/12/2025 | Mérida, Yucatán
De estilo renacentista-manierista, la Catedral de San Ildefonso de Mérida, erigida en el siglo XVI, es atendida con un equipo láser de luz pulsada de 100 watts, para retirar las pintas realizadas durante la marcha del 8 de marzo de 2023, las cuales
afectaron sus fachadas exteriores norte, este y oeste.
Las labores, que comenzaron en febrero de 2024 y concluirán en enero de 2026, están a cargo de la empresa IG Restauración y Arquitectura, bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con recursos de un seguro federal por siniestros destinado a la preservación de monumentos históricos.
Con el fin de utilizar herramientas y métodos menos invasivos en la piedra caliza, se determinó intervenir las áreas dañadas con una técnica innovadora: el láser. Por lo general, se realizan procesos de limpieza químicos o fisicoquímicos que son poco amigables, tanto con el usuario como con el medioambiente y los materiales de soporte, refirió la restauradora-perito del Centro INAH Yucatán, Karla Martínez López.
El equipo láser portable, operado por restauradores especialistas, permitió retirar la mayoría de la pintura en superficie, mientras que una mínima parte fue eliminada con solventes y limpieza mecánica, explicó la responsable de la supervisión.
Foto: INAH
En la fachada este se intervinieron 40 metros cuadrados, y en la norte, 220. En la fase actual, precisó, se atiende la cara principal de la catedral (portada oeste), con 50 por ciento de avance en los trabajos.
Aunado al retiro de la pintura, la restauradora detalló que el diagnóstico dictaminó que la mampostería de esos muros estaba en mal estado de conservación; se observó pérdida de juntas constructivas y de aplanados, procesos de disgregación y desprendimientos, así como áreas de humedad concentrada.
La restauración debe ser integral, aseveró, por lo que se estabilizaron y consolidaron aplanados y secciones de piedra. Se fijaron algunas zonas de aplanados originales en riesgo de desprendimiento, y se recuperaron juntas constructivas del inmueble, elaboradas con mampostería y cal.
Martínez López agregó que las carpinterías y los elementos de metal asociados a estas (chapetones, picaportes, herrajes de bronce, etcétera) estaban afectados por el grafiti, por lo que también fueron intervenidos.
Los materiales de madera y los tres portones de la fachada principal presentaban daños a causa de la aplicación, en intervenciones anteriores, de pintura de mala calidad, lo que provocó que la madera se resecara. “Para resarcirlos se están liberando todas estas capas de color y se recupera el barniz, basado en la técnica original de manufactura”, detalló al añadir que, además, se limpian los marcos de cantera labrada que acompañan las tres entradas de la catedral, a fin de dar unidad a los muros.
Para prolongar su conservación se colocaron recubrimientos de sacrificio que protegerán al inmueble del intemperismo y del daño directo por factores relacionados con las movilizaciones sociales, entre otros.
Paralelo a tales acciones, la especialista destacó que se desarrolla un proyecto de investigación para evaluar el uso del equipo láser en la limpieza del grafiti y su impacto en los materiales calizos, con el objetivo de obtener mejores herramientas para la atención del patrimonio involucrado en las citadas dinámicas sociales.
Un legado de la Colonia
Construida a petición del rey Felipe II de España (1527-1598), esta catedral es una de las más tempranas en América y se considera la más antigua en el país, lo que le ha valido el reconocimiento como patrimonio cultural de la nación.
Karla Martínez finalizó que, dada la relevancia histórica del inmueble, es necesario que la sociedad civil participe en su conservación y protección.
Edición: Estefanía Cardeña