Funcionarios comentan estudio de contaminación

Paul Antoine Matos y Óscar Rodríguez
La Jornada Maya

14 de octubre, 2015

Después que de los científicos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Universidad Autónoma de México (UNAM) revelaran la existencia de plaguicidas en muestras de sangre y de leche materna en mujeres mayas, así como de otros agroquímicos y metales pesados, también presentes en el manto acuífero de la entidad, autoridades ambientales a nivel federal y estatal manifestaron las acciones que existen enfrentar el problema.

Eduardo Batllori Sampedro, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) del gobierno del estado; Jorge Carlos Berlín Montero, delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); y Manuel Díaz Suárez, presidente de la Comisión de Salud en el Congreso estatal, señalaron las necesidades de Yucatán para enfrentar la contaminación acuífera.

[h1]Origen del problema[/h1]

Batllori Sampedro indicó que el uso de pesticidas en el campo surgió desde la revolución verde, impulsada por los cambios tecnológicos de las décadas de los 60 y 70 para incrementar la producción de alimento. A través del tiempo se han visto los daños causados por el pesticida Dicloro Difenil Tricloroetano (DDT) y otras sustancias que han afectado la salud de los campesinos y están ligados a la presencia de cánceres, atribuibles a la calidad del agua, indicó.

Por su parte, el delegado de la Semarnat declaró que las características del suelo yucateco, filtrable por estar formado por piedra cárstica, facilita la contaminación del subsuelo; de esto están conscientes los tres niveles de gobierno y a través de sus instancias federales, estatales y municipales trabajan en conjunto para disminuir la afectación, señaló.

El crecimiento de las actividades económicas en el estado ha permitido un incremento en la industria agropecuaria, con mayores superficies destinadas a la ganadería y más comunidades agrícolas, las cuales utilizan fungicidas, herbicidas y pesticidas, expresó Berlín Montero. “La aplicación en la naturaleza de estos químicos cae y se filtra en el manto freático”, agregó.

El diputado panista, Manuel Díaz Suárez, manifestó estar seguro de “que nuestro manto freático está altamente contaminado y esto se ha dado a pasos agigantados. Por otro lado, también estoy cierto de que hacen falta muchos más estudios, que habría que meter a Conagua de una manera mucho más participativa, para que hagan un estudio integral y sobre todo nos den opciones para limitar ese incremento que hay día con día de la contaminación”.

Entre las acciones que realiza el gobierno estatal, señaló el titular de la Seduma, está la disposición de residuos sólidos, una planta de tratamientos de lodo y fosa séptica, trabajo con granjas porcícolas -en las cuales se han colocado 150 biodigestores-, saneamiento de cenotes y humedales y, a través del Consejo de Cuenca de la Península de Yucatán, perteneciente a Conagua, hay un grupo que trabaja específicamente con tóxicos peligrosos.

“Ojalá Yucatán pueda ser un Yucatán orgánico”, expresó Batllori Sampedro. “El avance ambiental en el estado es observable en las plantas de tratamiento de aguas residuales, con 29 en existencia, a diferencia del 2007 cuando sólo se tenían dos”, apuntó.

Para atender la situación de los envases de pesticidas –los cuales no son propiamente desechados- el funcionario reconoció la necesidad de construir un centro de acopio y transferencia para la recolección de los envases, el cual estará ubicado en el Parque Metropolitano del Sur.

Berlín Montero expresó que los tres niveles de gobierno mantienen una única agenda ambiental, además de que se trabaja con la iniciativa privada y la sociedad civil organizada. “Con los empresarios se trabaja en el tema de sanidad, para que el impacto al manto freático sea menor”, comentó.

Ambos funcionarios resaltaron el programa Campo Limpio, el cual establece sitios de acopio para residuos de botes y frascos, que son llevados a un lugar más adecuado, de acuerdo con lo establecido por la ley.

Berlín Montero reconoció la necesidad de mantener limpio el anillo de cenotes, el cual es parte de una de las reservas de agua más importantes del país. En esa zona hay programas de empleo temporal para sanear los cuerpos de agua, agregó.

Díaz Suárez instó a las autoridades sanitarias y ambientales a tomar cartas en el asunto para evitar que el problema se agrave. El diputado indicó que, debido al consumo de agua de pozos y otros cuerpos acuíferos por parte de las mujeres en el medio rural, existe un gran riesgo de que contraigan algún tipo de enfermedad por el uso de agroquímicos.

Afirmó que los servicios de salud tendrían que dejar de ser centralizados, así como mejorar los servicios en la infraestructura hídrica, para garantizar que las comunidades mayas del interior del estado no consuman agua contaminada. Las autoridades estatales, indicó, deben realizar labores preventivas rurales en el interior del estado para concientizar a la población de la situación del agua que beben.